La castanyada es una de las festividades más emblemáticas de Catalunya, celebrada anualmente entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre. Esta tradición catalana, que gira en torno a la castaña, reúne a familias y comunidades en torno a la gastronomía y el recuerdo de los seres queridos.
Orígenes históricos de la castanyada
La castanyada tiene sus raíces en antiguos rituales funerarios y celebraciones paganas relacionadas con el cambio de estación y el culto a los antepasados. Se cree que proviene de los banquetes funerarios que se realizaban en honor a los difuntos, donde las castañas y otros frutos secos eran alimentos simbólicos que representaban la continuidad de la vida.
Durante la Edad Media, era costumbre que las campanas de las iglesias sonaran durante toda la noche de Todos los Santos para guiar a las almas. Los campaneros necesitaban energía para mantenerse despiertos, por lo que consumían castañas, legumbres y bebían vino dulce. Esta práctica se extendió y popularizó entre la población, dando origen a una celebración colectiva.
Evolución de la tradición catalana
Con el paso del tiempo, la castanyada pasó de ser un ritual funerario a una festividad familiar y comunitaria. La castaña, al ser un fruto abundante en otoño, se convirtió en el elemento central de la celebración. Además, se incorporaron otros alimentos típicos como los panellets—dulces elaborados con almendra molida y piñones—y los boniatos asados.
En el siglo XVIII, la castanyada ya estaba consolidada como una tradición catalana. Las familias se reunían para asar castañas y compartir historias en torno al fuego. También era común visitar los cementerios para honrar a los difuntos, adornando las tumbas con flores y velas.
La castanyada en la actualidad
Hoy en día, la castanyada sigue siendo una festividad muy arraigada en Catalunya, aunque ha experimentado cambios debido a la influencia de otras celebraciones como Halloween. A pesar de ello, muchas escuelas y familias catalanas continúan transmitiendo las tradiciones de la castanyada a las nuevas generaciones.
En las calles de pueblos y ciudades, es habitual encontrar puestos de castañas asadas, cuyo aroma invade el ambiente otoñal. Las panaderías y pastelerías ofrecen una gran variedad de panellets, y se organizan ferias y mercados temáticos que celebran la riqueza gastronómica de la región. Las familias también disfrutan elaborando panellets en casa.
La importancia cultural de mantener viva la tradición
La castanyada es más que una fiesta gastronómica; es una expresión de la identidad catalana y una forma de mantener vivas las costumbres ancestrales. La festividad promueve valores como la unión familiar, el respeto por las tradiciones y el recuerdo de los antepasados.
Además, en un mundo donde las influencias extranjeras van a más, la castanyada representa la resistencia y adaptación de las tradiciones locales frente a influencias externas. Muchos catalanes optan por celebrar solo la castanyada y otros tanto la castanyada como Halloween.