El programa First Dates se ha convertido en un fenómeno de la televisión, cada noche abre sus puertas para que personas solteras puedan conocerse y, con suerte, encontrar el amor. Sin embargo, no todas las citas terminan en amor a primera vista. El programa también nos ha regalado desencuentros, momentos incómodos y confesiones inesperadas.
Para algunos participantes, lo que empieza como una experiencia emocionante acaba siendo una anécdota que preferirían olvidar. Lo que hace especial a First Dates es que, independientemente del resultado, cada historia tiene algo único que ofrecer.
En el episodio más reciente, se vivió una de esas citas que no pasan desapercibidas. Manuel, un jubilado amante del espectáculo, y Ana, una viajera incansable, protagonizaron un encuentro lleno de contrastes. Sus personalidades, lejos de encajar, chocaron desde el primer momento, regalándonos un episodio que rápidamente se volvió viral.
Una cita difícil desde el inicio
Ana, una mujer de 63 años de Cádiz, llegó al restaurante con la intención de encontrar a alguien que compartiera su pasión por viajar. “Estoy buscando a alguien que me acompañe en mis viajes”, confesó al presentador, Carlos Sobera. Su espíritu aventurero y sus ganas de disfrutar la vida marcaban el tono de lo que esperaba encontrar en una pareja.
Por su parte, Manuel, un funcionario jubilado de Málaga, tenía una idea completamente distinta de lo que buscaba. "Siempre he sido una persona que me ha gustado hacer mi propio show", declaró ante las cámaras. Su pasión por la música y el espectáculo pronto se convirtieron en el centro de atención, pero no precisamente de la manera que esperaba.
El encuentro entre ambos comenzó con un "qué guapa" de Manuel, seguido de un inesperado solo musical. Decidió cantar Mi gran noche, de Raphael, frente a una Ana que no sabía cómo reaccionar. "Ay, qué vergüenza., no tiene vergüenza para nada", comentó la mujer, entre risas y asombro.
Sin química desde el primer minuto
Desde el inicio, Ana tuvo claro que Manuel no era el compañero de viajes que buscaba. Sus continuas intervenciones musicales y su tendencia a ser el centro de atención terminaron por alejarla aún más. "Sus constantes intervenciones cantando la echaron para atrás", se escuchó en el programa.
Manuel, por su parte, también reconoció que no eran compatibles. “Yo no voy a poder seguirla con el tema de los viajes”, confesó a las cámaras. Pese a las diferencias, ambos se esforzaron por disfrutar el momento.
En el reservado del restaurante, Manuel se animó a cantar en el karaoke, generando las risas y comentarios irónicos de Ana: "Lo podríais contratar para que trabaje aquí. Porque vamos, sería un plus".
Momentos incómodos, pero inolvidables
Al final, como era de esperarse, ninguno de los dos quiso tener una segunda cita. Sin embargo, el encuentro terminó en buenos términos y con sonrisas. First Dates demostró, una vez más, que no todas las citas acaban en amor, pero siempre hay algo que aprender.
Este tipo de situaciones incómodas son parte del atractivo del programa. Los contrastes entre los participantes, las expectativas frustradas y las reacciones inesperadas forman parte de su esencia.
Aunque para Ana y Manuel la cita no salió como ellos esperaban, los espectadores disfrutaron de un momento único que quedará en la memoria de todos los fans del programa.