En un contexto donde la vivienda se ha convertido en una meta casi inalcanzable para miles de jóvenes, muchas familias buscan nuevas formas de ayudar a sus hijos. La dificultad para acceder a una hipoteca, los precios desorbitados de los inmuebles y la precariedad laboral empujan a muchos padres a actuar.
CaixaBank, uno de los principales bancos del país, ha detectado un incremento notable en una práctica que hasta hace unos años era residual: las donaciones en vida de patrimonio, especialmente viviendas. Según explican desde la entidad, cada vez son más los progenitores que deciden anticipar parte de la herencia para dar un impulso vital a sus hijos.
Aunque esta decisión tiene beneficios evidentes, también implica una serie de trámites, costes y consecuencias fiscales que deben analizarse con cuidado. Por eso, CaixaBank ha lanzado una campaña informativa destinada a orientar a las familias que consideran esta vía.
Donar en vida: ventajas y advertencias
La diferencia fundamental entre heredar y donar reside en el momento en el que se produce la transmisión. Mientras que la herencia se activa tras el fallecimiento del titular, la donación implica un traspaso inmediato, con efectos legales y fiscales para ambas partes.
Esto puede ser muy positivo para el receptor, que podrá acceder a una vivienda sin endeudarse. Sin embargo, también supone pagar el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones en el momento, algo que puede resultar costoso en algunas comunidades autónomas.
Por eso, CaixaBank recomienda realizar un análisis personalizado antes de tomar una decisión. No todas las familias ni todas las propiedades tienen las mismas implicaciones. Además, la transmisión debe formalizarse mediante escritura pública y registrarse oficialmente, lo que también genera gastos notariales y registrales.
¿Qué impuestos hay que tener en cuenta?
El más importante es el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, cuya cuantía varía según la comunidad autónoma. Algunas lo bonifican de forma considerable para familiares directos, mientras que en otras puede representar una carga importante.
A esto se suma la plusvalía municipal, que paga el receptor si se trata de un bien urbano, así como el IRPF que debe abonar el donante si el inmueble se ha revalorizado desde que lo adquirió. Este último punto es poco conocido y puede sorprender a quienes esperan que todo el proceso sea gratuito.
¿Y qué ocurre si luego cambian las circunstancias?
Uno de los aspectos que más preocupan es la irreversibilidad de la donación. Una vez firmada y registrada, revertirla no es sencillo, salvo que se demuestre que fue realizada bajo coacción o por error grave. Esto significa que los padres pierden el control sobre ese bien, y por tanto, deben estar completamente seguros antes de cederlo.
Tampoco hay que perder de vista si la persona que recibe la propiedad está en condiciones de mantenerla: gastos de comunidad, reformas, impuestos... Todo eso pasa a ser responsabilidad suya desde el primer día.
CaixaBank recuerda que cada decisión patrimonial debe evaluarse con perspectiva, equilibrio y diálogo familiar. Y añade un dato crucial: la mayoría de los casos en los que se opta por la donación se producen en situaciones de urgencia emocional, como la necesidad inmediata de un hogar por parte de los hijos o por problemas de salud de los padres.
La sorpresa final: lo que CaixaBank ha detectado
Pero lo más impactante es esto: según el análisis interno del banco, las donaciones en vida de vivienda se han duplicado en los últimos tres años entre sus clientes. CaixaBank destaca que cada vez son más los padres que, ante el colapso del mercado inmobiliario y la frustración de sus hijos, deciden entregarles ya la vivienda familiar.
En palabras de la entidad, "el gesto de ceder una casa no es solo una ayuda material, es un acto de amor anticipado". Y por eso, CaixaBank ha decidido acompañar ese gesto con orientación, herramientas digitales y atención personalizada.