En el contexto económico actual, el envejecimiento de la población y las recientes reformas en el sistema de pensiones han generado un debate significativo en torno a la jubilación de los trabajadores autónomos en España. Estos profesionales, que constituyen una parte esencial del tejido empresarial del país, se enfrentan a decisiones cruciales al alcanzar la edad de jubilación, especialmente si desean continuar activos laboralmente más allá de los 65 años.
Edad de jubilación y requisitos para autónomos
Para el año 2025, la edad legal de jubilación en España se establece en 66 años y 8 meses para aquellos que hayan cotizado menos de 38 años y 3 meses. Sin embargo, los autónomos que acumulen 38 años y 3 meses o más de cotización podrán jubilarse a los 65 años. Este marco legal busca incentivar carreras de cotización más prolongadas, reconociendo el esfuerzo de quienes han contribuido durante más tiempo al sistema de Seguridad Social.

Incentivos para retrasar la jubilación
El Real Decreto-ley 11/2024, aprobado en diciembre de 2024 y convalidado por el Congreso en enero de 2025, introduce mejoras significativas para aquellos autónomos que opten por retrasar su jubilación. A partir del 1 de abril de 2025, se establece un incremento del 2% en la pensión por cada seis meses de demora en la jubilación, acumulándose hasta un máximo del 4% anual. Además, estos incentivos pueden combinarse con los beneficios de la jubilación activa, permitiendo a los autónomos continuar trabajando mientras reciben una parte de su pensión.
Por ejemplo, un autónomo que decida jubilarse dos años después de alcanzar la edad legal podría ver incrementada su pensión en un 8%. Este mecanismo busca fomentar la prolongación de la vida laboral, reconociendo el valor de la experiencia y la contribución continuada al sistema.
Compatibilidad entre trabajo y pensión
La modalidad de jubilación activa permite a los autónomos compatibilizar el cobro de la pensión con la continuación de su actividad laboral. Tradicionalmente, se percibía el 50% de la pensión mientras se seguía trabajando. Sin embargo, con las nuevas reformas, este porcentaje puede aumentar progresivamente en función del tiempo de demora en la jubilación. Por ejemplo, si un autónomo retrasa su jubilación durante cinco años, podría llegar a percibir el 100% de su pensión mientras continúa trabajando.
Es importante destacar que, para acceder a estos beneficios, se deben cumplir ciertos requisitos, como acreditar la contratación de al menos un trabajador por cuenta ajena con carácter indefinido y una antigüedad mínima de 18 meses, o contratar a un nuevo trabajador que no haya tenido vínculo laboral con el autónomo en los dos años anteriores al inicio de la jubilación activa.

Consideraciones adicionales
Aunque las reformas ofrecen incentivos para prolongar la vida laboral, es esencial que los autónomos evalúen su situación personal y profesional antes de tomar una decisión. Factores como la salud, la naturaleza del trabajo y las perspectivas económicas del negocio deben ser considerados.
Además, es recomendable consultar con asesores financieros o expertos en seguridad social para comprender plenamente las implicaciones de retrasar la jubilación y cómo estas decisiones pueden afectar la cuantía de la pensión y la calidad de vida en la etapa de retiro.