El teléfono móvil se ha convertido en un aliado irremplazable en nuestro día a día, desde realizar compras instantáneas hasta gestionar nuestras finanzas. Cada vez más bancos buscan aprovechar esta digitalización para ofrecer soluciones que faciliten la vida a sus clientes. Esto ha llevado a que no siempre sea imprescindible contar con la tarjeta física para las operaciones más habituales.
En los últimos meses, Caixabank ha dado un paso significativo en este sentido y se prepara para atender una de las peticiones más frecuentes. Muchos usuarios desean poder disponer de efectivo sin tener que preocuparse por llevar encima la cartera o la tarjeta. Hasta ahora, parecía un sueño reservado solo para pagos en comercios, pero lo cierto es que la tecnología NFC abre muchas más posibilidades.
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La mayoría de cajeros de nueva generación incorporan un lector que permite la comunicación con dispositivos habilitados. Es el mismo sistema que se utiliza para comprar con solo apoyar el móvil sobre el datáfono. Esta opción, además de cómoda, ofrece a los clientes la tranquilidad de saber que, incluso si se olvidan la tarjeta en casa, podrán manejar dinero en efectivo sin complicaciones.
Pasos a seguir
Lo esencial, por supuesto, es que tanto el cajero como el teléfono sean compatibles con esta función. El primer paso pasa por asegurarse de que el móvil cuente con NFC y de que esté activa la aplicación de pagos. A continuación, resulta clave vincular la tarjeta a dicha aplicación, de tal manera que el terminal la reconozca y pueda transmitir la información al cajero cuando se acerque al lector.
Una vez en el cajero, basta con acercar el móvil a la zona de contacto y desbloquear el dispositivo si el sistema no reacciona de inmediato. En ese momento, la pantalla del cajero pedirá que se introduzca el PIN de la tarjeta o que se confirme la identidad desde la aplicación. Tras validar la información, se puede continuar para escoger la cantidad de efectivo y completar la operación.
Este método se presenta no solo como algo seguro, sino también como un alivio para quien necesita resolver un imprevisto y no lleva la tarjeta a mano. Es una forma de racionalizar procesos que, para muchos, se habían quedado obsoletos en plena era digital. Al final, esa transición a lo intangible no impide que, cuando surja la necesidad de billetes en la mano, se pueda recurrir con facilidad a la tecnología.
Según Caixabank, esta novedad marca un hito en la experiencia del cliente, reforzando su apuesta por la simplificación de los servicios bancarios. Solo el tiempo dirá hasta qué punto este sistema se convierte en la norma en el futuro. Lo cierto es que todo apunta a que la posibilidad de sacar efectivo con el móvil será tan cotidiana como pagar en el supermercado acercando el teléfono al terminal de cobro.