En un contexto económico donde las entidades financieras buscan fortalecer la confianza de sus inversores, CaixaBank ha dado un paso significativo al anunciar un dividendo complementario de 0,2864 euros brutos por acción, con cargo a los beneficios del ejercicio 2024. Este pago se efectuará el próximo 24 de abril de 2025, beneficiando a aquellos accionistas que posean títulos de la entidad antes del 22 de abril, fecha en la que las acciones cotizarán ex dividendo.
Contexto económico y desempeño financiero de CaixaBank
El año 2024 ha sido particularmente destacado para CaixaBank, registrando un beneficio neto atribuido de 5.787 millones de euros, lo que representa un incremento del 20,2% respecto al año anterior. Este crecimiento se ha visto impulsado por un aumento del 9,8% en el margen de intereses, alcanzando los 11.108 millones de euros, y una rentabilidad sobre fondos propios (ROE) del 15,4%. Estos resultados reflejan la solidez de la entidad en un entorno financiero desafiante.
Política de dividendos y recompra de acciones
El Consejo de Administración de CaixaBank ha decidido mantener una política de distribución en efectivo de entre el 50% y el 60% del beneficio neto consolidado para el ejercicio 2025. Esta distribución se realizará en dos pagos: un dividendo a cuenta, previsto para noviembre de 2025, que representará entre el 30% y el 40% del beneficio neto del primer semestre; y un dividendo complementario en abril de 2026, sujeto a la aprobación de la Junta General de Accionistas.
Además, la entidad ha puesto en marcha su sexto programa de recompra de acciones por un valor de 500 millones de euros, con el objetivo de reducir el capital social mediante la amortización de las acciones adquiridas. Este programa, iniciado el 19 de noviembre de 2024, ha alcanzado una ejecución del 86,48% en catorce semanas, con la recompra de más de 79 millones de títulos por un importe total de 432,38 millones de euros.
Implicaciones para los accionistas
La estrategia de CaixaBank de combinar una política de dividendos consistente con programas de recompra de acciones busca maximizar el valor para sus accionistas. La distribución de dividendos ofrece una rentabilidad directa, mientras que la recompra de acciones tiende a incrementar el valor de las acciones restantes al reducir el número total en circulación. Para los inversores, estas medidas representan una señal de confianza en la estabilidad financiera y en las perspectivas futuras de la entidad.