A sus 90 años, Sophia Loren sigue siendo mucho más que una leyenda del cine. Es un icono vivo de estilo, de autenticidad y, sobre todo, de vitalidad. Su figura, siempre erguida, su rostro sereno y su mirada luminosa no son fruto de fórmulas mágicas ni de procedimientos invasivos, sino del equilibrio entre buenos hábitos, actitud positiva y amor.
La actriz italiana, ganadora de un Óscar por su inolvidable papel en Dos mujeres, lleva décadas demostrando que se puede envejecer con fuerza, sin necesidad de esconder las arrugas ni de traicionar la esencia propia. “Cada arruga cuenta una historia”, decía hace unos años.
Rutina sencilla, vida extraordinaria
Detrás de esa imagen poderosa hay una rutina cotidiana que sorprende por su sencillez. Sophia se levanta temprano, cada día, sin excusas. “A veces me cuesta, claro, pero siempre hay una coartada para no hacer nada. Por eso me obligo a salir a caminar durante una hora”, confesaba en una entrevista.

Pasea con calma, observa el mundo y, como ella misma dice, busca algo hermoso a la vuelta de cada esquina. Ese gesto tan simple —caminar— es, para ella, el secreto más básico de su longevidad. Según su entrenador personal, es un hábito que mejora la circulación, combate el estrés y mantiene el cuerpo activo sin necesidad de esfuerzos.
A eso se suma una mentalidad positiva, que Sophia considera su mejor medicina. “Pienso en positivo, siempre. Es raro que me encuentres melancólica”.

Belleza natural sin complejos
Cuando comenzó su carrera, muchas productoras la consideraban poco fotogénica. Su rostro no se ajustaba a los cánones de la época. Ella, lejos de acomplejarse, convirtió sus rasgos únicos en su mayor atractivo. “Mi belleza está hecha de irregularidades que juntas funcionan. No es perfecta, pero es mía”, declaró en una ocasión.
Sophia Loren nunca ha escondido su rechazo a la cirugía estética. Siempre ha apostado por lo natural. Uno de sus secretos de belleza más comentados es el uso del aceite de oliva, que emplea tanto para hidratar la piel como para dar brillo a su cabello. “Lo echo en la bañera, lo que cabe en un tapón”, contaba entre risas.
Comer bien y disfrutar
Otra clave de su bienestar es su relación sana con la comida. Orgullosa embajadora de la cocina mediterránea, no renuncia a los placeres de la mesa. “Todo lo que tengo, se lo debo a los espaguetis”, dijo con ironía en una entrevista. Y aunque con los años ha reducido las cantidades y limita los dulces, sigue disfrutando de un buen plato de pasta, una copa de vino y un pan recién horneado.
Su dieta está basada en alimentos frescos: verduras, legumbres, pescado, aceite de oliva virgen extra... Todo con mesura, pero sin prohibiciones estrictas. Y es que para Loren, el disfrute es parte esencial de la vida. Comer no es solo nutrirse, es una forma de celebrar el presente.
Filosofía de vida
Sophia Loren ha dejado huella no solo por su talento como actriz, sino por su modo de estar en el mundo. Fuerte, independiente, decidida. “La edad no importa. Lo importante es seguir intentándolo. A veces se gana, a veces se pierde, pero siempre se aprende”, afirma.
A sus 90 años, la Loren no se retira, ni en lo profesional ni en lo personal. Sigue siendo un referente de estilo y vitalidad para mujeres de todas las edades. Su mensaje es claro: vivir bien no tiene que ver con la edad, sino con cómo decides mirar el mundo cada mañana. Y en eso, Sophia sigue siendo una maestra.