Las últimas informaciones en torno a la familia Urdangarin Borbón revelan un clima de tensión que no deja de aumentar. En el foco se encuentra Irene Urdangarin, la hija menor de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, quien habría tomado un rumbo que inquieta especialmente a su madre. Lo que más llama la atención es la supuesta intervención del rey emérito Juan Carlos I, ante la petición de ayuda de su hija Cristina para reconducir la situación familiar.
Una adolescencia complicada
Desde su etapa de bachillerato internacional, Irene mostró un notable bajo rendimiento académico que coincidió con la separación de sus padres, algo que, según el entorno más próximo, tuvo un fuerte impacto en su ánimo y estabilidad emocional. Se volvió más rebelde de lo que se esperaba y estuvo a punto de repetir curso.
Fue en ese punto cuando Juan Carlos I intervino directamente, evitando que la joven tuviera que repetir. La infanta Cristina había pedido a su padre que mediase para que su hija pudiera superar aquel difícil momento académico y personal.
Inicialmente, la intención de Irene era estudiar Administración y Dirección Hotelera en una prestigiosa universidad de Lausana (Suiza), un plan que implicaba convivir con su madre en Ginebra durante varios años. Sin embargo, no logró superar las exigentes pruebas de acceso. Para evitar que se quedase sin actividad, su madre la motivó —o, más bien, la obligó— a realizar un voluntariado en Camboya, siguiendo los pasos de su hermano Juan. La experiencia, no obstante, no supuso un cambio de actitud tan profundo como se había esperado.
El paso por Zarzuela y la advertencia de Felipe VI
Finalizado el voluntariado, Irene decidió trasladarse al Palacio de la Zarzuela, donde se instaló un tiempo con su abuela, la reina Sofía. Sin embargo, la convivencia se prolongó más de lo aceptable para la Casa Real, y fue el propio Felipe VI quien puso límite a la situación, dejando claro que Zarzuela “no es un hotel” y que los jóvenes debían encontrar su espacio sin recargar las instalaciones de la familia real.
Con esta salida forzosa, Irene se inclinó por seguir sus estudios en Reino Unido. Sin embargo, las últimas noticias hablan de un rendimiento académico deficiente, numerosas salidas nocturnas y una actitud de rebeldía que preocupa seriamente a la infanta Cristina. Tanto es así que, según confiesan fuentes cercanas, la joven no descarta dejar por completo su formación en Oxford, lo que ha generado un choque frontal entre madre e hija.
El ambiente en Madrid
Cuando no está en Londres, Irene pasa tiempo en Madrid, donde se ha dejado ver con su prima Victoria Federica, conocida por su vida social activa. Juntas frecuentan locales de moda y eventos, algo que la infanta Cristina considera contraproducente para la estabilidad de su hija. Incluso se menciona la aparición de un supuesto nuevo interés sentimental para Irene, un joven de nombre Juan Urquijo, que habría potenciado su desinterés por los estudios.
Una relación madre-hija al límite
Por ahora, se desconoce la magnitud de la intervención de Juan Carlos I y qué medidas podrían tomarse para frenar el comportamiento de Irene. Sin embargo, es evidente que la tensión entre madre e hija ha alcanzado un punto crítico. Mientras la infanta Cristina se encuentra desbordada y preocupada por el futuro académico y personal de su hija, Irene parece decidida a vivir de forma independiente, aunque esto pueda llevarla a chocar con los planes trazados por su familia.