Un hombre con uniforme militar y barba gris mira a un joven con cabello rizado que lleva una chaqueta azul claro y una mochila sobre su hombro, con un edificio borroso de fondo.

Sospechas de un movimiento de Zarzuela contra Pablo Urdangarin

La sombra de Zarzuela, Letizia Ortiz manda mucho

En el competitivo mundo del deporte de élite, el talento y el esfuerzo son, en teoría, los únicos baremos para medir el éxito. Sin embargo, cuando un apellido de peso entra en la ecuación, las reglas del juego pueden cambiar. Este parece ser el complejo escenario en el que se mueve Pablo Urdangarin.

A sus 23 años, no solo lucha por forjarse un nombre en el balonmano español, sino también por disipar una sombra de duda que se cierne sobre su progresión: la sospecha de que su carrera podría estar siendo deliberadamente contenida por un poder que opera desde la discreción del Palacio de la Zarzuela.

El joven deportista ha demostrado con creces que su presencia en la Liga Asobal no es fruto de la casualidad. Su talento es innegable y su compromiso, total. Sin embargo, una reciente y dolorosa decepción ha avivado las llamas de una teoría que circula en voz baja por los mentideros: que los reyes Felipe VI y Letizia no verían con buenos ojos un resurgir mediático del apellido Urdangarin, todavía asociado al escándalo que protagonizó su padre, Iñaki Urdangarin.

Montaje con Letizia Ortiz y Pablo Urdangarin. El palacio de la Zarzuela, difuminado, de fondo
Montaje con una imagen de Pablo Urdangarin y otra de Letizia Ortiz | YouTube, XCatalunya

Un talento estancado por fuerzas "invisibles"

La temporada 2024-2025 ha sido una de consolidación para Pablo Urdangarin. Con la camiseta del BM Granollers, ha firmado una campaña espectacular, marcando 117 goles en 30 partidos. Su rendimiento no pasó desapercibido, situándolo entre los cinco finalistas al premio de Mejor Extremo Derecho de la liga, un reconocimiento que evidencia su calidad y proyección.

La confianza del club en él es absoluta, como demuestra su reciente renovación de contrato hasta junio de 2026, una noticia celebrada por su entorno más cercano.

Sin embargo, el gran golpe llegó con la convocatoria para los Juegos Olímpicos de París. A pesar de su excelente estado de forma y de ser una de las grandes promesas nacionales, su nombre no apareció en la lista definitiva de la selección española de balonmano. Para un deportista que sueña con seguir la estela olímpica de su padre, la exclusión supuso un varapalo difícil de digerir. Es aquí donde las sospechas apuntan directamente a la Casa Real.

La teoría sostiene que su presencia en la selección nacional generaría un foco mediático sobre el apellido Urdangarin que en Zarzuela prefieren evitar a toda costa, protegiendo así la imagen de la Corona.

Este presunto "veto" contrasta fuertemente con el apoyo incondicional que Pablo recibe de su familia. Su madre, la infanta Cristina, y su padre, Iñaki Urdangarin, son habituales en las gradas. También sus abuelas, la reina Sofía y Claire Liebaert, y hasta su abuelo, Juan Carlos I, han presenciado sus partidos.

Un hombre joven con traje oscuro y corbata verde mira hacia un lado en un entorno urbano.
El joven miembro de la familia real en el centro del debate | XCatalunya, elnacional.cat

Su prima, Victoria Federica, llegó a movilizar a sus seguidores en redes sociales para que le votaran en los premios de la liga. En el lado opuesto, la ausencia de los actuales monarcas, Felipe y Letizia, y de sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, en cualquiera de sus encuentros deportivos es total y notoria.

Silencio atronador

Oficialmente, no existe ninguna declaración de la Casa Real al respecto. Es un silencio calculado, una ausencia de gesto que, para muchos, confirma la hipótesis del veto. Pablo, por su parte, se ha centrado en su trabajo, demostrando una madurez encomiable. "Que me comparen con él[su padre]significa que algo estoy haciendo bien. Creo que soy una versión más ágil, más frágil, más pequeña. Pero me ayuda muchísimo, sobre todo en temas mentales, no tanto técnicos. Siempre le llamo antes de los partidos", confesaba el jugador, dejando claro que su referente es puramente deportivo.

¿Es justo que el futuro de un deportista prometedor se vea condicionado por los delitos de su padre? La sombra del "caso Nóos" es alargada, y parece que la estrategia de Zarzuela para proteger la institución pasa por mantener a los Urdangarin en un perpetuo segundo plano, lejos de cualquier éxito que pueda ser asociado a la familia real.