En los últimos meses, la infanta Sofía ha ganado protagonismo. Su imagen pública subió enteros cuando, a finales de año, regresó de Gales para las vacaciones navideñas y protagonizó un acto institucional en solitario. Fue un éxito rotundo: la hermana de Leonor superó la prueba con creces y pareció confirmar que la monarquía tiene futuro en ella.
Sin embargo, en la esfera privada, sus padres, Felipe VI y Letizia, estarían algo intranquilos. Sofía cursa el bachillerato internacional en Gales siguiendo los pasos de su hermana, aunque con diferencias. La más destacable es que, al contrario que Leonor, no planea dedicarse a la formación militar al terminar, sino que pasará directamente a la universidad.
Pese a que en los actos institucionales demuestre gran naturalidad, su vida diaria en el internado no es tan idílica, según fuentes cercanas. Al parecer, la infanta Sofía ha heredado la vena más despistada de su familia: algunos la califican de algo perezosa y poco puntual. En más de una ocasión habría sido amonestada por llegar tarde o quedarse dormida en clase.
Las salidas nocturnas también preocupan. De momento, no han aparecido imágenes de la Infanta, ni tampoco se ha publicado que quiera seguir los mismos pasos que sus primos Froilán y Victoria Federica. Sin embargo, como a todo Borbón, le gusta el fiestón.
Letras más que ciencias
También se dice que sus resultados académicos no son tan altos como se esperaba, sobre todo en asignaturas de ciencias y números. Sofía tira más a las letras, y los profesores han percibido una clara falta de interés en ciertas materias. Nada grave, pero suficiente para preocupar a sus progenitores, que desean que mantenga una línea impecable.
La vida social de la infanta también levanta rumores. Con Leonor, promocionando el UWC Atlantic College, se ha multiplicado la presencia de jóvenes españoles en el internado. Sofía, en este ambiente, habría hecho buenas amistades, algunos “especiales” con quienes comparte salidas de fin de semana. Se habla de fiestas en pueblos cercanos y escapadas que podrían haber contribuido a esos descuidos con los horarios.
Ha salido al abuelo
La convivencia en un internado, rodeada de jóvenes de diferentes culturas, no es fácil. Es difícil dejarse llevar por un grupo de jóvenes con las hormonas disparadas. De momento, todo parece un desliz y desde la Familia Real intentarán ponerle remedio.