En el mundo del fútbol y la fama, las figuras que más brillan no siempre son las que pisan el césped. A veces, el verdadero motor está en la sombra, guiando con paciencia y ejemplo. La historia de Lamine Yamal, el prodigio del FC Barcelona, no se entiende sin la presencia firme y discreta de Sheila Ebana, su madre. Mientras los focos siguen a Lamine por su reciente mayoría de edad y el mítico dorsal 10 azulgrana, hay una vida detrás que explica mucho más de lo que se ve en el campo.
Sheila ha sabido mantenerse lejos del ruido mediático durante años, observando el ascenso de su hijo con una mezcla de orgullo y sentido común. Sin embargo, su papel fundamental sale ahora a la luz tras las últimas polémicas y los cambios en la vida del futbolista. ¿Quién es Sheila Ebana y cómo ha logrado acompañar a su hijo en este viaje sin perder su esencia?
De Guinea Ecuatorial al Maresme: un viaje de coraje y sacrificio
Sheila Ebana nació en Bata, Guinea Ecuatorial, y como tantas mujeres que buscan un futuro mejor, emigró a España siendo todavía adolescente. Lo hizo sola, con la determinación de construir una vida nueva. Pronto, la maternidad la sorprendió a los 21 años con la llegada de Lamine, fruto de su relación con Mounir, del que se separó cuando el pequeño apenas tenía tres años.

La decisión de quedarse en Catalunya marcó el destino de toda la familia. Sheila no dudó en buscar cualquier trabajo que le permitiera mantenerse cerca de su hijo. Así empezó en el McDonald’s de Mataró y, más tarde, solicitó el traslado a Granollers. Allí, con recursos muy limitados, encontró la manera de acompañar los primeros pasos de Lamine en el fútbol base del CF La Torreta. El sacrificio era doble: jornadas largas y la constante preocupación por el futuro. Pero Sheila siempre tuvo claro su objetivo.
De la discreción familiar al salto digital: la nueva vida de Sheila Ebana
El éxito fulgurante de Lamine en el FC Barcelona no solo cambió su destino, sino que también transformó la vida cotidiana de Sheila. Acostumbrada a la discreción y al trabajo silencioso, la madre del jugador ha ido asimilando poco a poco el fenómeno mediático que rodea a su hijo. Pero lejos de lanzarse a una vida de lujo, su prioridad sigue siendo la familia.
A diferencia de otras figuras del entorno de jóvenes futbolistas, Sheila nunca ha buscado el protagonismo ni la ostentación. Lo suyo es otra cosa: compartir la alegría de los pequeños momentos, bailar con sus hijos o mostrar escenas cotidianas llenas de cariño y naturalidad. Esta autenticidad ha conquistado a una legión de seguidores. En Instagram, supera los 300.000, y en TikTok, su perfil se acerca al millón ochocientos mil. Sus publicaciones suelen ser felicitaciones, recuerdos de la infancia o gestos de apoyo a Lamine y a su hijo menor, Kenay.
Apoyo incondicional y nuevas polémicas en el camino
Las últimas semanas no han sido tranquilas para la familia. La fiesta del 18 cumpleaños de Lamine Yamal generó una oleada de titulares, tanto por la magnitud del evento como por la controversia de algunos detalles, como la presencia de animadores con enanismo y chicas de imagen. Lejos de alimentar la polémica, Sheila ha optado por el silencio y la protección. Su reacción ha sido la de siempre: cerrar filas y cuidar la imagen familiar.
En la presentación oficial de Lamine con el dorsal 10, ante la pregunta por la fiesta y los posibles excesos de juventud, la respuesta del jugador dejó claro que los valores inculcados en casa pesan más que cualquier titular: “Trabajo para el Barça, juego para el Barça, pero cuando estoy fuera de la ciudad deportiva disfruto de mi vida y ya está”. Unas palabras que recuerdan, una vez más, el papel de Sheila como referente en momentos de crisis.
El perfil de Sheila Ebana es el de muchas madres que han emigrado para dar un futuro mejor a sus hijos. Sin aspavientos ni discursos, ha sido capaz de forjar el carácter de una estrella mundial y, al mismo tiempo, construir una nueva identidad en el entorno digital. Su historia, que mezcla sacrificio, humildad y ahora popularidad en redes, la convierte en una figura inspiradora para miles de seguidores y para todas las familias que viven el sueño del fútbol desde la sombra.