En plena travesía del buque-escuela Juan Sebastián Elcano, un inesperado episodio ha dinamizado la formación de la princesa Leonor: la posible actitud inapropiada de su presunto novio, compañero de guardiamarinas, habría generado la molestia pública de la reina Letizia. Un rumor que sacude Zarzuela y suma capítulos a una historia de sobreprotección, especulación y control real que va más allá de los estrictos protocolos.
Noviazgo en el Elcano
Durante las escalas del Elcano, comenzaron a circular informaciones sobre una cercanía entre Leonor y un guardiamarina. Las filtraciones hablan de gestos cariñosos, encuentros nocturnos en camarotes y una tensión evidente entre la princesa y el joven escolta.
Una fuente de El Nacional apuntó que dicha relación habría sido interrumpida por un malentendido: Leonor sospechó que aquel “ligue” no era sincero, lo que habría encendido la alerta en la monarquía.
En respuesta, Letizia, vetó al joven y habría exigido medidas de control: modificaciones en los camarotes, seguimiento más estricto y comunicación continua con su hija.

Silencio en la Casa Real
Casa Real, fiel a su estilo discreto, no ha emitido comunicado formal sobre el supuesto veto ni las filtraciones. Sin embargo, durante la despedida en Cádiz, se percibió una Letizia visiblemente preocupada. Según testigos, la reina preguntó al rey Felipe “¿Dónde está mi chica?”, dejando clara la inquietud de sus padres.
El entorno de la Casa Real ha dejado claro que los padres no rechazan las amistades de Leonor, aunque estarían atentos a cómo esas relaciones pueden influir en su formación y responsabilidad como futura reina.
Una relación que hace tiempo que dura
Este episodio no es aislado: desde su estancia en la Academia Militar de Zaragoza, la princesa ha ganado independencia, lo que ha sido motivo de preocupación en Zarzuela.

En anteriores formaciones —como en Gales y Zaragoza—, Letizia ya ejerció control sobre amistades y actividades de Leonor, intentando equilibrar su rol materno con la protección de la imagen institucional.
Las preguntas son claras: ¿Dejará Zarzuela que Leonor trace su propio camino sentimental o el control materno seguirá siendo parte esencial de su formación? ¿Veremos nuevos capítulos con filtraciones o declaraciones públicas? Pronto sabremos las respuestas.