TV3 ha sido, durante años, un referente en la promoción y valorización de la gastronomía catalana a través de programas como 'Joc de Cartes'. en el que diferentes restaurantes de Catalunya se enfrentan con el fin de llevarse el título de "mejor restaurante" en distintas categorías y localidades. En cada episodio, los participantes son evaluados en aspectos como calidad de la comida, ambiente, servicio y relación calidad-precio.
Con la presión añadida de competir bajo la atenta mirada de los jueces y el presentador Marc Ribas. Para los restaurantes, el programa representa una oportunidad para ganar prestigio o, en algunos casos, para poner a prueba la resistencia ante las críticas. Sin embargo, 'Joc de Cartes' no siempre brinda resultados positivos a sus participantes.
El cierre definitivo de Can Miserias
En ocasiones, el veredicto del programa marca un antes y un después para ciertos restaurantes. Y esto se hace especialmente evidente cuando las críticas resultan devastadoras.
Es el caso de Can Miserias, un icónico restaurante barcelonés que participó en el programa y acabó siendo calificado con una de las puntuaciones más bajas jamás vistas. Su participación en el episodio emitido en agosto de 2023, que reunió a varios restaurantes centenarios de Barcelona, le resultó fatal. Un promedio de 3,1 sobre 10 que, en última instancia, sellaría su destino.
Can Miserias, ubicado en el corazón de Barcelona, era conocido por su larga trayectoria y su cocina tradicional catalana. Durante muchos años, este restaurante había sido un lugar de referencia para todos aquellos que buscaban disfrutar de platos típicos del país en un ambiente cargado de historia.
Sin embargo, su desempeño en 'Joc de Cartes' reveló deficiencias que ni los años de experiencia ni la tradición lograron compensar. La puntuación final de 3,1 lo posicionó como el restaurante con la peor nota en la historia del programa, una etiqueta que, inevitablemente, afectó la imagen del establecimiento.
El episodio, que tenía como objetivo mostrar las propuestas de los restaurantes más antiguos de Barcelona, resultó en una dura crítica para Can Miserias. La calificación reflejaba fallos en aspectos fundamentales, desde la calidad de los platos hasta la atención al cliente y el estado de las instalaciones.
Estos factores fueron evaluados severamente tanto por los competidores como por el propio Marc Ribas, quien no dudó en ser crítico ante lo que consideró una experiencia decepcionante. El impacto fue inmediato, y aunque algunos clientes habituales defendieron el restaurante, la reputación de Can Miserias comenzó a decaer rápidamente.
Una despedida amarga para la gastronomía barcelonesa
Con el paso de los meses, el flujo de clientes de Can Miserias disminuyó notablemente. La publicidad negativa generada por el programa y la viralización de su baja calificación en redes sociales.
Sumado a la presión económica que enfrentan muchos negocios en la hostelería, llevaron finalmente al cierre definitivo del restaurante. Para los vecinos y amantes de la cocina catalana, este cierre representa el fin de un ciclo y la gran pérdida de un lugar con años de historia.