La rivalidad entre programas es evidente. Ocurre en todos los medios de comunicación. Suele suceder más en televisión que en radio, pero la guerra está presente en todos los sitios. Todo el mundo tiene en mente dos programas estrella, pero no son los únicos. Históricamente y como excepción radiofónica, conocemos la rivalidad entre José María García y José Ramón de la Morena. La Ser contra la Cope.
Actualmente existe la rivalidad entre David Broncano y Pablo Motos. Entre Pablo Motos y David Broncano. La temporada pasada, el presentador de La Revuelta emitía su programa en Movistar+, de modo que no competían en igualdad de condiciones. Ahora un programa se emite en una televisión privada y el otro en una televisión pública, pero ambos en abierto.
La batalla estalló cuando el piloto de motos Jorge Martín era el invitado de La Revuelta y fue 'obligado' a abandonar el plató. Le prohibieron la entrevista con David Broncano y le exigieron que se sentara en el plató de El Hormiguero, con las hormigas y Pablo Motos.
La cuestión está en los compromisos y las cláusulas que algunos invitados tienen en sus programas. Atresmedia cubría parte del mundial de Moto GP y Pablo Motos y El Hormiguero son Atresmedia. Clarísmo. Igual que si un actor aparece en una película financiada con dinero público y que se emite en Televisión Española. Nadie entendería su presencia en la competencia.
¿Qué ocurre en Catalunya?
En Catalunya ocurre lo mismo. Quizás los ejemplos bélicos no son del mismo calibre, pero también hay vetos e intereses. El presentador de El Matí de Catalunya Ràdio y del Col·lapse de TV3, Ricard Ustrell, ha dado su opinión sobre este tema. Lo ha dicho antes de la tertulia con los invitados Vicent Sanchis, Montserrat Nebrera, Anna Grau y Sergi Sol.
"El tema no és que tinguis un convidat tancat, sinó que molta gent comença a estar farta, de fet, estem farts", empieza, "que hi hagin vetos i xantatges amb convidats". "Això que ha passat a Madrid, no només passa a Madrid. No diré a qui em refereixo, però ahir vam patir un capítol nou de veto en aquest programa. És legítim lluitar pels convidats, el que em queixo és que un realitzador d'un programa truca a una productora i diu que aquest convidat està prohibit que vagi a l'altre programa, perquè si no, li farà una campanya en contra a l'altre programa. I això està passant a Catalunya".
Ustrell finaliza hablando de deportividad y de límites: "una cosa és la competitivitat... i una altra cosa és la mala praxi. Una cosa és voler-li treure la pilota al rival i l'altra anar-li a trencar el genoll. I això passa a Catalunya. Una cosa és que lluitis per tenir el millor convidat i una altra que trenquis cames per tenir-lo"