El primer amor de la princesa Leonor ha puesto de manifiesto las diferencias que persisten en la Familia Real acerca de la manera de entender la monarquía en pleno siglo XXI. Durante su estancia en el internado de Gales, Leonor conoció a Gabriel Giacomelli, un joven de raíces brasileñas y estadounidenses.
Con el que mantuvo una relación formal hasta que él se trasladó a Nueva York. Aunque el noviazgo terminó, ambos siguen manteniendo el contacto, y no son pocas las veces que la Princesa ha aprovechado sus vacaciones para encontrarse con él de nuevo.
Su abuela se hace eco de la situación
Esta situación ha despertado recelos en la Reina Sofía, abuela de Leonor, quien considera que el perfil de Gabriel no encaja con los estándares. Que, a su juicio, debería reunir la pareja de la futura reina de España. La Reina Sofía, educada con un estricto sentido monárquico y católico, estima que la estabilidad de la Corona depende de alianzas que aseguren la continuidad de la tradición.
Un joven sin lazos nobiliarios ni vínculos cercanos con otras casas reales europeas no es, según fuentes cercanas a Zarzuela, la persona más adecuada para acompañar a Leonor.
El propio origen multicultural de Gabriel, sumado a su lejanía de la cultura española y de la realeza, alimenta el descontento de la reina emérita. En una conversación que, según cronistas de la Casa Real, ha tenido en privado con Leonor, Sofía habría recomendado mantener a Gabriel como un amigo.
Pero no convertir ese cariño en una relación formal que expusiera a la heredera a críticas e inestabilidades. La preocupación de Sofía se sustenta en su convicción de que los monarcas modernos tienen que preservar su imagen. A través de un compromiso con las tradiciones y la diplomacia, aun en el ámbito personal.
Frente a esta visión, la Reina Letizia, madre de Leonor, presenta un enfoque mucho más contemporáneo y cercano a los deseos de su hija. Letizia, que en su día rompió moldes al casarse con el entonces príncipe Felipe siendo ella una plebeya y divorciada, conoce de primera mano el escrutinio constante que genera todo.
Por ello, elige no presionar a la princesa para que renuncie a su primer amor. Desde el círculo más cercano a la Reina Letizia se asegura que ella no quiere que Leonor repita viejos patrones que priman el deber sobre la felicidad personal.
Una lucha entre la abuela y la madre
La tensión entre abuela y madre resume la encrucijada a la que se enfrenta la familia real en la actualidad. ¿Es más importante proteger la institución mediante alianzas convencionales o permitir que la futura reina se vincule sentimentalmente por amor, sin importar sus antecedentes familiares?.
Para Sofía, la corona solo se consolida a través de un estricto cuidado de las formas y lazos con el mundo aristocrática. Para Letizia, la estabilidad emocional de su hija es prioritaria por encima de cualquier tradición.
Mientras tanto, la Princesa Leonor, con apenas 19 años, se ve atrapada entre dos visiones de la monarquía. Por un lado, siente la fuerza del legado familiar que Sofía representa; por otro, descubre la libertad y el apoyo incondicional que Letizia le brinda.
En cualquier caso, el debate generacional parece destinado a prolongarse. Con una heredera que, tocada por la opinión de su abuela, aún debe definir por sí misma qué camino desea tomar de cara al futuro.