Actualmente ya estamos muy acostumbrados a las series de sobremesa de TV3, verdaderos clásicos de la parrilla de la televisión pública catalana. Sin embargo, hasta el año 1994, la cadena no había producido ninguna serie propia. Poblenou fue la primera de ellas.
El caso de Poblenou es muy remarcable, porque es la serie que crea el molde a partir del cual se han ido sucediendo otras nuevas series condicionadas por las pautas inventadas con esa producción de éxito que, a pesar de estar en antena tan solo un año, impactó de tal manera a la audiencia catalana, que además de convertirse en todo un mito de la casa, ha trascendido como la serie madre para todo lo que estaba por llegar, que no era poco. El final de temporada de la serie reunió cerca de un millón y medio de espectadores.
Una de las actrices de Poblenou fue Gemma Brió. Su personaje era el de Anna Aiguadé, la hija de 18 años de Antoniu y Rosa; una chica culta que en el nuevo barrio conocería a su amiga y su gran amor. Para la actriz el de Anna fue un "máster en televisión, aprendí mucho". Posteriormente, Brió también estuvo en otro clásico de TV3, El cor de la ciutat.
Actualmente participa en Com si fos ahir. Esta semana ha sido la del regreso de un personaje tóxico brillantemente interpretado por Gemma Brió. Hemos descubierto que Ainhoa se encuentra en una situación económica muy complicada y tiene que acudir a un comedor social. ¿Se apiadará Litus de ella? ¿Es Ainhoa quién está haciendo las llamadas amenazantes a los amigos de Litus?
El fallido intento de exportación
Sin embargo, el impacto de Poblenou se mantiene como el verdadero punto de inflexión dentro de la historia de la televisión pública catalana. Su éxito condicionaría toda una forma de producir y de reclutar a tantos y tantos actores para que durante las siguientes décadas, formaran parte de los repartos de las nuevas producciones.
La repercusión mediática fue tan grande que llegó a oídos de las cadenas españolas, muy interesadas en exportar el formato para sus parrillas. Eso es lo que sucedió con la apuesta de Antena 3 -por aquel entonces todavía una televisión con escasos años de existencia- para reconvertir Poblenou en Los mejores años. Pero su estreno pasó bastante desapercibido y no obtuvo, ni mucho menos, el desbordante éxito obtenido por TV3. Se apostó para emitirlo antes del telediario, pero la fórmula no funcionó y lo desplazaron en la franja horaria de las mañanas.
El caso de Poblenou ejemplifica que, a veces y por mucho que funcione en su país de procedencia, la exportación de series o películas, no necesariamente repetirán el éxito fuera de su zona, ya sea porque se trate de una aproximación muy vinculada con la tierra en la que transcurre, por el lenguaje utilizado, sus expresiones, la dinámica de los personajes y sus preocupaciones... no siempre se trata de temas universales.