A sus 54 años, Judit Mascó sigue siendo una de las modelos de referencia y más cotizadas del país. Con una madurez envidiable, esta reconocida barcelonesa que debutó en el mundo de la moda a la edad de 15 años, nació el 12 de octubre de 1969.
El hecho de celebrar cumpleaños el mismo día que se celebra la hispanidad, le ha comportado algunas coincidencias curiosas. Sin embargo, fue el día que se conmemoraba su 53 cumpleaños el más original que recuerda. Su familia, encabezada por su marido, Eduardo Vicente, con quien lleva casada desde 1993, le organizaron una fiesta sorpresa que ella no imaginaba para nada.
Año tras año, la festividad de la hispanidad también coincide con la celebración del Festival de Sitges, el certamen cinematográfico más determinante de entre todos los que se celebran en Catalunya anualmente. A pesar de que en los últimos años se ha generalizado un tanto y ha perdido parte de su esencia, sigue siendo el Festival Internacional de Cine Fantástico de Catalunya y uno de los más prestigiosos del mundo en su especialización.
El cine como telón de fondo
Cuando llega el cumpleaños de Judit Mascó, el Festival de Sitges suele estar en su máximo apogeo. Una circunstancia que Eduardo Vicente y los suyos, aprovecharon para prepararle una celebración muy especial. A Judit le pusieron un antifaz en los ojos, le subieron a un coche en el que sonaba a todo volumen el famoso tema central de la banda sonora de Los cazafantasmas, es decir la canción homónima de Ray Parker Jr. para la película de Ivan Reitman, y la llevaron hacia un destino incierto para ella.
Ante la perplejidad de la modelo, convencida de que la harían participar de una experiencia de Escape Room, que además no le interesa para nada, el caso es que cuando bajó del automóvil y le permitieron quitarse el antifaz, se vio rodeada de zombis hambrientos por todos lados: estaba en medio de la habitualmente concurrida zombie walk que se organiza durante la celebración del festival.
Tras un buen rato de sustos y sorpresas, cuando por fin pensaba que había conseguido sobrevivir a semejante imprevisto, todavía tuvo que consumir cuatro películas consecutivas que formaban parte de uno de los tradicionales maratones de cine fantástico y de terror. Mascó ha compartido el recuerdo de esa intensa experiencia cinematográfica con esta exclamación: «Me quedé con la cabeza como un bombo, viendo cine de miedo». Es lo que tiene compartir cumpleaños con fechas tan señaladas.