Cayetano Rivera ha atravesado semanas complicadas debido a que ha vivido momentos tensos en Madrid. Una discusión en una cadena de hamburguesas desató la polémica y la situación ha requerido incluso la intervención de la Policía Nacional. Ahora, Cayetano Rivera ha querido desaparecer y para ello está usando sus propiedades donde cuenta con todo tipo de comodidades.
Desde entonces, el torero ha buscado refugio lejos del ruido y ha optado por el silencio, la calma y la distancia. Para ello, se ha trasladado a una de sus propiedades más discretas.

Se trata de un chalet ubicado en la lujosa urbanización Campo de Golf de Montequinto, está en Dos Hermanas, a las afueras de Sevilla. Allí ha encontrado tranquilidad en medio de la tormenta mediática.
Cayetano Rivera tiene una casa en Cádiz decorada en honor a su padre, Paquirri
Pero ese no ha sido su único refugio. Cayetano también ha regresado a un lugar lleno de recuerdos. En la provincia de Cádiz, ha conservado una finca de gran valor emocional.
Es el Recreo de San Cayetano, situado a las afueras de Ronda. Aunque Ronda pertenece a Málaga, la propiedad linda con tierras gaditanas. Este enclave ha sido un símbolo de su historia familiar.

La finca ha pertenecido a los Ordóñez. La ha heredado de su madre, Carmina Ordóñez y durante un tiempo, ha funcionado como hotel privado. Sin embargo, ha vuelto a convertirse en residencia exclusiva, solo él y su familia la han usado en los últimos años.
El terreno supera las diez hectáreas y cuenta con una casa de estilo rústico. Tiene piscina, zonas ajardinadas y una decoración marcada por la tauromaquia en honor a su padre, Paquirri. También destaca un huerto ecológico, cuidado con esmero, ese espacio refleja la conexión de Cayetano con la tierra, la tradición y la naturaleza.
Cayetano Rivera disfruta de su vivienda en Cádiz siempre que puede
Aunque ya no ha pasado tanto tiempo allí como en su infancia, ha querido mantener el lugar. Ha valorado su importancia como refugio emocional. En momentos donde su vida privada ha acaparado titulares, ha preferido el silencio de la finca.

Cayetano ha contemplado incluso una posible retirada definitiva de los ruedos y en ese contexto, ha necesitado espacios de equilibrio. El Recreo de San Cayetano se ha convertido en uno de ellos. En sus tierras, ha encontrado paz, alejado del bullicio, ha reconectado con sus raíces.
El pueblo de Cádiz cercano a la finca ha sido testigo silencioso de este regreso. Allí, Cayetano ha buscado lo esencial: serenidad, memoria y hogar.