Marta Angelat, reconocida actriz catalana y una de las voces más populares del doblaje en Catalunya, ha decidido hablar sin tapujos sobre la complicada relación que ha tenido durante años con esta profesión. Lo ha hecho recientemente en una entrevista reveladora en El Matí de Catalunya Ràdio, donde ha reconocido abiertamente que durante muchos años llegó a sentir que el doblaje se había convertido en una especie de maldición que la alejaba de su sueño original: ser actriz de teatro y televisión.
Angelat es especialmente querida por generaciones enteras de catalanes que han crecido escuchando su voz en películas, series e incluso en publicidad. Sin embargo, lo que muchos no sabían era la lucha interna que Marta ha mantenido respecto a esta especialidad, que llegó a percibir más como una barrera que como una oportunidad.

Una relación amor-odio que ahora sale a la luz
En la entrevista, Marta Angelat confesaba con una sinceridad desarmante: "Durante muchos años tuve esta crisis con el doblaje. Ha sido una relación de amor-odio constante". Esta confesión llega justo cuando Angelat presenta su nuevo libro, "Seguint les meves passes", donde, además de explorar su vida personal y profesional, ahonda en esta compleja relación con el doblaje.
La actriz ha reconocido que esta profesión, aunque gratificante, llegó a convertirse en un auténtico dilema: "Llegué a pensar que era mi maldición". Estas palabras reflejan claramente hasta qué punto la frustración y la crisis personal formaron parte de su carrera, en la que tuvo que decidir en numerosas ocasiones entre el doblaje y sus aspiraciones como actriz.
Durante años, Angelat trató de romper con la imagen que se había forjado como voz dobladora, aspirando a destacar más como actriz frente a la cámara. Pero la industria, en ocasiones encasilladora, hizo que su voz fuera más reconocida que su rostro. Así, se produjo ese choque interior que Marta ha definido en varias ocasiones como "una relación de amor-odio".

Reconciliación con la profesión
La buena noticia es que, con el paso del tiempo, Marta Angelat logró reconciliarse con esta faceta tan esencial de su trayectoria. En sus recientes declaraciones, ha destacado que llegó a comprender que el doblaje no era realmente una maldición, sino una parte fundamental de su identidad artística. Este cambio de perspectiva le ha permitido aceptar con orgullo que su voz es, de hecho, un poderoso legado cultural.
Este conflicto interior, muy habitual entre los actores que realizan doblaje, es algo que Marta ha querido sacar a la luz para reivindicar el esfuerzo y el talento detrás de esta especialidad, a menudo poco reconocida. El libro, según ha adelantado, es también una manera de poner en valor una profesión que le ha dado muchas alegrías, pero también importantes reflexiones.
Marta Angelat ha mencionado también cómo ha logrado finalmente encontrar el equilibrio entre ambas facetas, la interpretación y el doblaje. Ahora, en plena madurez personal y profesional, asegura haber superado esos años difíciles, disfrutando plenamente tanto de sus proyectos sobre los escenarios como de los que realiza en el estudio de doblaje.
Durante la entrevista, la actriz ha insistido en la importancia de valorar y visibilizar más esta profesión. "El doblaje en Catalunya tiene un valor inmenso, forma parte de nuestra identidad cultural y lingüística, y eso es algo que debemos celebrar y cuidar", expresó Marta, cerrando así una etapa personal de conflictos y dudas con una valiosa reflexión pública que ahora ofrece en su libro.

Personaje de Joana Armengol Martí
Joana Armengol Martí, interpretada por Marta Angelat en la serie de TV3 'Com si fos ahir', es un personaje que ha experimentado una evolución muy destacada desde su aparición en 2017. Como madre de Andreu Vilella (Marc Cartes) y esposa de Vicenç Vilella (Manel Barceló), Joana se presenta inicialmente como una mujer adelantada a su tiempo, ingeniera de profesión y actualmente jubilada.
La vida de Joana da un giro dramático cuando descubre la infidelidad de su marido con Helena Reig (Cristina Genebat), la viuda de su hijo Ferran. Esta traición afectó profundamente a Joana y sacudió los cimientos de su familia, generando tensiones y conflictos que se extienden a lo largo de varias temporadas.
Tras separarse de Vicenç, Joana inicia una nueva etapa en su vida al entablar una relación con Paz (Anna Güell). En la pasada temporada, Joana comienza a mostrar una actitud controladora hacia su hijo Andreu y presenta ciertos despistes que generan preocupación entre sus seres queridos. Aunque inicialmente se sospecha que estos síntomas podrían indicar el inicio de una demencia, posteriormente se revela que Joana está tomando medicamentos para la rodilla sin supervisión médica, lo que podría estar causando estos efectos secundarios.
La propia actriz confirmó que estaría en la octava temporada de la serie y aunque ha hecho alguna aparición, todavía no ha tenido ninguna trama propia. Habrá que ver si de aquí a final de temporada los guionistas le crean una o ya habrá que esperar a la novena. Una nova temporada que recientemente se confirmó de forma oficial.