Una mujer con uniforme naval y un hombre pensativo a su lado.

Polémica por la actitud de Leonor de Borbón: 'Se salta...'

Críticas a la Princesa por su soberbia

Apenas unas horas después de llegar a la ciudad andaluza, la princesa y sus 76 compañeros guardiamarinas comenzaron a familiarizarse con las rutinas de la embarcación. El jueves, en concreto, fue el turno para una de las tradiciones más emblemáticas del buque escuela: la subida a los palos del Juan Sebastián Elcano, prueba de destreza que marca el bautismo de los nuevos integrantes en este célebre navío. Leonor, enfundada en el mismo uniforme que el resto, participó con aparente normalidad y fue arropada por sus compañeros, quienes intentan “protegerla” para que se integre sin sobresaltos en la vida a bordo.

Tras este rito inicial y con los quehaceres matinales concluidos, los guardiamarinas salieron a dar un paseo por las inmediaciones del puerto y aprovecharon para disfrutar de una comida en tierra firme. Es consciente la futura reina de España de que, a partir de este sábado, las ocasiones de pisar el muelle y compartir una comida al aire libre serán muy escasas. Sin embargo, lo que ha captado más la atención es la forma en que Leonor se ha comportado durante ese paseo: se ha saltado el protocolo  al actuar como si fuera una estudiante más, sin asumir los gestos propios de su condición de heredera cuando se encuentra en espacio civil.

Leonor “se olvida” de que es Princesa en tierra firme

Si bien dentro del Juan Sebastián Elcano Leonor es un guardiamarina más —al igual que ocurre con otros compañeros que ostentan títulos u orígenes relevantes—, el protocolo indica que, en tierra firme, la Princesa de Asturias puede ejercer su agenda oficial y ser tratada conforme a su rango. No obstante, la joven decidió integrarse en el grupo sin destacar demasiado. Al inicio de la salida, iba encabezando la fila, pero, al percatarse de la expectación que generaba, prefirió dejar que fuesen otros los que ocuparan la posición frontal, quedándose ella más rezagada para no acaparar todas las miradas.

Dos mujeres, una con uniforme naval y otra con vestido rojo, sobre un fondo degradado de colores azul y naranja.
Montaje en el que se ve la Princesa Leonor y la Reina Letizia | @CasaReal, XCatalunya

Este gesto, aunque muestra una clara voluntad de normalizar su paso por el buque escuela, ha provocado una “polémica” entre quienes consideran que un miembro de la realeza debe mantener siempre un cierto decoro incluso en actos no oficiales. Se dice que, al caminar por las calles gaditanas sin actitudes protocolarias ni distintivos especiales, la Princesa ha ignorado el ceremonial habitual que le corresponde. Para algunos, este acto de cercanía y humildad es encomiable; para otros, la relajación de las formas podría interpretarse como una falta de respeto al protocolo real y como soberbia.

Oficiales de la marina saludándose durante una ceremonia al aire libre.
Princesa Leonor | YouTube: RTVE Noticias

Una convivencia peculiar

El crucero de instrucción del Juan Sebastián Elcano, que durará unos 110 días, será un momento clave en la formación de Leonor, no solo a nivel militar, sino también como experiencia vital. En esos cuatro meses, la Princesa compartirá camarote y tareas cotidianas con compañeros de muy diverso origen. Esta convivencia estrecha contrasta con la imagen habitualmente solemne de la heredera, acostumbrada a actos oficiales donde todo está bajo control. Aquí, en cambio, la improvisación y el día a día del barco le obligarán a ser una más, con guardias y faenas diarias.

A la espera de la partida oficial —el 11 de enero, con la presencia de los reyes Felipe y Letizia para la despedida—, Leonor sigue disfrutando de los últimos paseos por la ciudad, demostrando que no solo es una princesa, sino también una joven de 18 años que busca integrarse lo mejor posible en una experiencia que, probablemente, marcará un antes y un después en su vida. Queda por ver si esta actitud “despreocupada” e informal será la pauta habitual durante su periplo, y hasta qué punto Zarzuela estará dispuesta a permitir que la heredera “se salte” otras normas del protocolo. De momento, las imágenes de Leonor paseando por Cádiz, sin aspavientos reales, ya han encendido la controversia.