Alfonso Arús, director y presentador del exitoso matinal, ha visto cómo su entorno profesional se convierte también en una red de relaciones sentimentales, empezando por él mismo, casado con Angie Cárdenas, y ahora también por sus hijos. El último en sumarse a esta tendencia es Artur Arús, el menor de la familia.
Una relación que empezó en plató… y acabó en Japón
Artur Arús y Alba Sánchez coincidieron durante una etapa en Aruseros. Ella, colaboradora del formato; él, hijo del director. Fue ahí donde surgió la chispa. Aunque Alba ya había tenido una relación conocida con el periodista deportivo Joan Maria Pou, terminó apostando por Artur, a pesar de la diferencia de edad.
Ambos han compartido imágenes de un viaje en pareja a Japón. En ellas se les ve paseando por Nara, al sur de Kioto, rodeados de los famosos ciervos sagrados de la región. En una de las fotos, Artur escribe: “El encantador de ciervos. En Nara (Japón), considerados mensajeros de los dioses en la religión sintoísta. Viven en libertad y saludan haciendo reverencias”. Todo muy zen, todo muy idílico.

Una salida polémica y muchas sospechas
Pero el romance no ha estado exento de polémica. Pocos meses después de iniciar su relación, Alba fue apartada del programa de forma repentina durante el verano de 2024. La versión oficial: renovación de caras, cambio de aires. Pero entre bambalinas se hablaba de todo lo contrario.
Muchos señalaron que su relación con Artur, el hijo del director, había motivado su salida para evitar tensiones internas. A pesar de su marcha, Alba ha seguido adelante con su carrera: ahora trabaja como reportera en En boca de todos, el espacio de actualidad de Cuatro (Telecinco).

Amor a pesar de todo y apoyo familiar
En casa de los Arús, el amor parece tener carta blanca. Alfonso Arús y Angie Cárdenas siempre han dejado claro que sus hijos son libres de tomar sus decisiones personales y profesionales. Y esta vez no ha sido diferente. Aunque Alba ya no forme parte del equipo, no hay señales de tensión.
Tampoco hay censura: Artur no esconde su relación ni su viaje, y sus padres parecen aceptar la situación con naturalidad. Según fuentes cercanas al entorno de la familia, “la filosofía en casa Arús es que cada hijo haga lo que le dé la gana”. Y eso, aplicado al amor, parece estar funcionando.
El encanto de los ciervos… y del amor en televisión
La historia de Artur y Alba es un ejemplo más de cómo la televisión, a veces, mezcla ficción, actualidad y romance. En un contexto laboral donde las emociones también cuentan, el plató de Aruseros ha sido el escenario perfecto para una historia de amor inesperada, pero auténtica.
Mientras Artur regresa a Barcelona para retomar su rutina en Aruseros, Alba sigue en Madrid con su trabajo en Telecinco. Amor a distancia, pero sólido. Al final, ni las cadenas ni los kilómetros impiden que los ciervos de Nara saluden a la pareja como verdaderos mensajeros de los dioses del amor.