El pasado 22 de agosto, Mounir Nasraoui (Hustle Hard 304) publicó una historia en Instagram que rezaba: “más seguridad en Barcelona y menos ladrones”, sin añadir contexto ninguno. La publicación, breve, pero directa, generó inmediatamente preocupación y especulación. Muchos usuarios han interpretado que Nasraoui podría haber sido víctima de un incidente reciente.
Las palabras no son gratuitas
Esta llamada de atención no surge de la nada. En junio, Nasraoui había reconocido públicamente que sufre epilepsia y afirmó haber sido víctima de robos, un hecho que mencionó para evidenciar su vulnerabilidad. Además, su relación con el foco mediático viene de lejos. En agosto de 2024 sufrió un apuñalamiento en Mataró, tras una discusión en un estacionamiento, un episodio que terminó con su hospitalización y varias detenciones.
Los ciudadanos están preocupados
La seguridad en Barcelona se ha convertido en tema recurrente en la agenda social, especialmente en barrios donde crece la sensación de vulnerabilidad. Que una figura tan mediática como el padre del delantero del Barça levante su voz añade peso al debate. Aunque las estadísticas oficiales apunten a una baja en indicadores de delincuencia, la percepción ciudadana es muy distinta.

Se reabre un debate necesario
Este último mensaje de Nasraoui vuelve a poner sobre la mesa una pregunta incómoda. ¿Qué está fallando en la seguridad urbana cuando alguien tan expuesto pide ayuda en Instagram?
Nos quedamos con cuatro imágenes claras. Una publicación cargada de urgencia. Un historial marcado por episodios violentos, un contexto social que no cede ante los indicadores oficiales. Y una voz mediática que amplifica la inquietud.
La pregunta es clara. ¿Se atreverá Mounir a aportar más detalles o todo quedará en otra historia críptica sin resolver? Seguiremos muy atentos.
La historia es clara. El padre de Lamine Yamal encendió las redes pidiendo “más seguridad en Barcelona y menos ladrones”. Su historial incluye una agresión grave en Mataró en 2024 y denuncias anteriores vinculadas a su epilepsia. Su mensaje ha reactivado el debate sobre la delincuencia urbana y el clima de inseguridad, especialmente en una ciudad donde la percepción pública aún sorprende a pesar de las cifras.