El nombre de Laura Rosel es sinónimo de calidad periodística. Sin embargo, ahora, a sus 43 años ha decidido dejar la profesión en la que ha triunfado, para explorar otros territorios en su carrera.
Desde su entrada en RAC1 en abril de 2007, el reconocimiento y prestigio de Laura Rosel no ha hecho más que aumentar. Tras su etapa en la emisora del Grupo Godó, en 2018 se convirtió en la presentadora del programa "Preguntes freqüents" de TV3, desplegando su enorme talento, aunque por culpa de desavenencias con la productora El Terrat, aceleraron la rescisión de su contrato precipitadamente. Para Catalunya Ràdio ha presentado "Catalunya vespre" y "El matí de Catalunya Ràdio", todo un emblema de las ondas radiofónicas catalanas.
Tras temporadas al frente del programa matinal de Catalunya Ràdio y, a pesar de grandes cifras de audiencia obtenidas, fue substituida por el actual presentador del programa, Ricard Ustrell. Además de su vertiente como periodista y comunicadora, Laura Rosel también ha ejercido de editora, desarrollando esta faceta en la editorial Ara Llibres.
Rosel incluso ha experimentado con el cine, no en vano en 2022 codirigió y coescribió el documental Pau Riba, l'home còsmic, sobre la figura del inefable artista iconoclasta, e incluso con anterioridad, en 2020, había participado como actriz en el film La dona il·legal, de Ramon Térmens, interpretando fugazmente, ni más ni menos, que a una presentadora de televisión.
¿Fin de un ciclo?
El 19 de marzo, Laura Rosel publicaba un tuit y un post en Instagram, en el que anunciaba su nuevo reto profesional. Su nueva ocupación será la de jefa de comunicación de la UB, la universidad más grande de Catalunya, líder en búsqueda y oferta académica del estado. Para Rosel se trata de "un reto maravilloso", y tal y como confesa en el mismo comunicado, está convencida que lo van a pasar muy bien y harán un gran trabajo.
Para una periodista mediática y de referencia como ella, que se ha mantenido al frente de la vida pública durante tantos años, no debe ser fácil este cambio de registro, pues su labor dentro del mundo de la universidad pública, lógicamente la invisibilizará socialmente. Sin embargo, esta reinvención profesional también puede aportarle una desconexión que se percibe necesaria tras semejante recorrido al pie del cañón informativo.
Todos los amantes del periodismo apasionado y repleto de rigor, añoraremos a Laura Rosel. El grado de profesionalidad de la de Sabadell ha sido indiscutible y, a pesar de que le deseamos lo mejor en esta nueva etapa que justo va a empezar, también esperamos que un día vuelva al primer plano del periodismo del país.