La travesía de la princesa Leonor a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano, concebida como una etapa clave en su formación militar, se ha transformado en un auténtico desafío personal y mediático. A medida que el navío surca las aguas del Pacífico rumbo a Perú, las noticias sobre su estado de salud y las controversias que la rodean no cesan, generando inquietud tanto en la Casa Real como en la opinión pública.
Cinetosis, problema habitual
Desde su embarque en enero en Cádiz, Leonor ha enfrentado dificultades físicas notables. La cinetosis, comúnmente conocida como mareo por movimiento, le ha provocado episodios de vómitos y deshidratación, requiriendo atención médica constante y confinamiento en su camarote en varias ocasiones.
Además, se ha reportado que la princesa sufre de claustrofobia, lo que complica aún más su estancia en el buque.

En una escala en Punta Arenas, Chile, una fotografía de Leonor sosteniendo una jarra de cerveza en un pub local generó polémica. La imagen, captada sin su consentimiento, fue ampliamente difundida, lo que llevó a la Casa Real a presentar una denuncia contra el centro comercial que filtró las imágenes obtenidas por cámaras de Seguridad.
Asimismo, durante una parada en Salvador de Bahía, Brasil, surgieron rumores sobre un supuesto beso entre Leonor y un compañero guardiamarina en una fiesta de carnaval. Sin embargo, la revista ¡Hola! desmintió estas afirmaciones, indicando que sus compañeros formaron un círculo para protegerla de los fotógrafos.
La Casa Real disimula con imágenes
Ante la creciente atención mediática y las especulaciones, la Casa Real ha optado por una estrategia de transparencia, difundiendo nuevas imágenes de Leonor participando activamente en las labores del buque, como parte de su formación militar. Estas fotografías buscan mostrar a una princesa comprometida y resiliente, a pesar de los desafíos que enfrenta. Unas imágenes que tampoco han estado exentas de polémica.

No obstante, la presión constante ha generado preocupación en su entorno. Según reportes, Leonor ha expresado sentirse abrumada por la falta de privacidad y la intensidad de la experiencia, llegando a considerar que su presencia podría estar afectando a sus compañeros.
En respuesta, sus padres, los reyes Felipe VI y Letizia, han mostrado su apoyo - y mucho control por parte de su madre - confiando en la capacidad de adaptación de su hija y recordándole que estas experiencias forman parte de su preparación para futuras responsabilidades.