Hace apenas días, surgió un detalle que ha llamado la atención en los círculos palaciegos. Carlos III ha modificado su propio protocolo funeral para incluir al príncipe Harry en un papel destacado. La información, publicada por medios como El Nacional y ABC, apunta a un intento deliberado de proyectar un mensaje de unidad en el seno de la corona.
Los detalles de la modificación
Según el plan denominado "Operación Puente de Menai", el rey ha especificado que Harry camine junto a su hermano Guillermo tras el féretro, un gesto con carga simbólica y pocas réplicas en la historia reciente de la realeza.
Además, Meghan Markle, junto a Archie y Lilibet, fueron incluidos para participar en la vigilia en Westminster Hall y en los servicios religiosos tanto en la Abadía como en la capilla de San Jorge, en Windsor. Se trata de un cambio notable frente a las tensiones derivadas del Megxit y años de distanciamiento familiar.

Declaraciones oficiales y reacciones
Desde Buckingham no ha llegado una confirmación formal. El silencio del palacio sugiere que buscan minimizar las especulaciones, dejando que sea The Telegraph el medio que filtra detalles sobre esta decisión con ribetes de reconciliación pública. Un allegado describió la inclusión de Harry y Meghan como una “rama de olivo” pretendida por el monarca, con la intención de rescatar un lazo familiar desgastado.
El príncipe Harry, por su parte, continúa desde Montecito enviando señales de reconciliación. En su libro En la sombra, recordaba un momento del funeral del duque de Edimburgo en el que su padre le suplicó: “Por favor, chicos, no convirtáis en un suplicio mis últimos años”. Este protocolo funerario se inspira en la antigua “Operación Puente de Londres”, prevista para Isabel II, ahora adaptada como Puente de Menai para el rey Carlos III.
Repercusiones y próximos hitos
Sin embargo, Carlos III ha introducido elementos diferenciadores: planea que la ceremonia incorpore prácticas sostenibles y que el período de luto nacional sea más breve, durando entre 10 y 11 días frente a casi dos semanas en el caso de su madre.

El gesto del rey puede interpretarse como un intento por cerrar heridas antes de su despedida definitiva. Juegos como los Invictus en Reino Unido o su ochenteno cumpleaños en 2028 podrían servir como escenarios para afianzar esa nueva sintonía familiar.
El príncipe Guillermo, sin embargo, se mantiene cauteloso. Fuentes señalan su malestar por la decisión tomada sin consultar con él. Con este inesperado giro en su comunicado interno, Carlos III parece decidido a garantizar que su último adiós refleje una familia unida, al menos en apariencia.