El rey emérito Juan Carlos I, antiguo monarca de España, se trasladó a Arabia Saudita, hace ya 4 años, por varias razones, principalmente personales y legales. En agosto de 2020, Juan Carlos decidió abandonar España en medio de numerosas investigaciones sobre su supuesta implicación en casos de corrupción y evasión fiscal.
La más famosa de estas investigaciones está relacionada con un presunto soborno de 100 millones de dólares que habría recibido de Arabia Saudita, vinculado a la adjudicación de un contrato para la construcción del tren de alta velocidad entre La Meca y Medina por empresas españolas. Esta situación generó un enorme escándalo en España y dañó la imagen de la monarquía de tal manera que a día de hoy aún no se han recuperado.
La decisión de trasladarse a Arabia Saudita también estuvo influenciada por las estrechas relaciones que Juan Carlos mantuvo durante su reinado con la familia real saudí. Estas conexiones le proporcionaron un refugio seguro donde podría vivir con relativa tranquilidad y discreción, alejándose del punto de mira público y judicial en España.
Tensión entre toda la familia real
Ya hace varias semanas que la tensión es más que palpable entre los diferentes miembros de la familia real. Los crecientes rumores de un posible divorcio entre Felipe y Letizia han hecho saltar todas las alarmas los últimos meses, y las diferentes discusiones con otros borbones ha provocado que la relación entre la realeza sea cada vez más inestable. Estos malos comportamientos no se han frenado durante las vacaciones de verano, es más han aumentado.
Es bien sabido que la reina emérita Sofía es siempre la primera en llegar al palacio de Marivent para disfrutar de sus vacaciones de verano. La aún mujer de Juan Carlos consiguió crear un lugar de paz y tranquilidad donde todos los miembros de la Casa Real se reunían anualmente para tener unos días juntos en familia.
Sin embargo, este año su tradicional encuentro se ha visto frustrado por los intereses egoístas de Letizia. La reina tiene muchos caprichos y siempre quiere que estos se cumplan, uno de los últimos ha sido en relación al número de personas que habría durante las vacaciones. La consorte no quería que hubiera familiares externos y ha preferido que solo este su marido, sus hijas y la misma Sofía.
Hay dos nombres propios que están vetados en Marivent, Froilán y Victoria Federica. La reina considera a sus sobrinos conflictivos, y no quiere que se los relacione con sus hijas Leonor y Sofía. Así pues, estas constantes discusiones entre miembros de la realeza parece que no tienen un fin.
Este desprecio y rechazo a los diferentes sobrinos ha llegado a oídos del rey emérito Juan Carlos, quién ha expresado su descontento con estas decisiones. El exiliado se habría enfadado con su hijo Felipe VI por permitir que Letizia tome estas medidas tan drásticas y radicales.