Desde que en verano de 2022 salieran las imágenes en Biarritz de Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia paseando de la mano, la prensa del corazón reincide en hablar de boda. Es un vínculo que ha ido rompiendo silencios y generando debates familiares y sociales. Pero, ¿qué hay de cierto? En los últimos días, se ha dado un giro inesperado: ¿habrá boda… o todo se viene abajo?
Rumores iniciales y reacciones encontradas
En enero de 2025, la periodista Marisa Martín Blázquez desveló en Fiesta que Iñaki (57) y Ainhoa (46) tenían “planean casarse”, aunque el entorno más íntimo mostraba cierta reticencia, especialmente entre los hijos de Urdangarin. Según contó, “alguno de ellos no está del todo a favor” y se destacaba que el deseo era celebrar una ceremonia discreta, con pocos invitados.
Los rumores se acompañaron de imágenes navideñas en Vitoria, interpretadas como intento de integrar a Ainhoa en reuniones familiares. Sin embargo, no todos quisieron participar: algunos hijos, en especial Irene, manifestaron fidelidad a su madre, la infanta Cristina.

También cabe recordar que desde 2023 existía en el acuerdo de divorcio una cláusula que prohibiría a Urdangarin casarse antes de tiempo, aunque no se ha aclarado si se refiere a matrimonio civil o religioso.
¿Ceremonia ya celebrada o solo planeada?
A lo largo del año, algunos medios como Caras afirmaron que la pareja podría haberse casado en secreto, sin testigos oficiales y de forma muy privada. Sin embargo, no ha existido confirmación oficial y el propio entorno guarda silencio.
La cobertura reciente de julio de 2025 añade más leña al fuego: algunos medios han asegurado que, en realidad, se ha cancelado la boda por el momento. La pareja habría decidido aparcar todo plan a la espera de consolidar otros aspectos de su vida de lujo.

Reacciones oficiales dentro del entorno real
El abogado de Urdangarin, Mario Pascual Vives, atendió a los medios en julio para aclarar que tanto Iñaki como Ainhoa están bien anímicamente, centrados en nuevos proyectos, y que mantienen una relación estable. Sin embargo, no abordó el tema de la boda ni negó los rumores recientes. Mientras, la infanta Cristina, a día de hoy, aún no ha conocido oficialmente a Ainhoa. El reencuentro más reciente entre los ex cónyuges se vio en Barcelona por un acto familiar, pero sin la presencia de la novia.
Entre la discreción y nuevas prioridades
Iñaki ha dado un paso atrás mediático. Su presencia pública se reduce a actividades vinculadas al balonmano, cenas con viejos compañeros y su proyecto profesional como coach, fundando incluso una empresa centrada en el desarrollo personal. Ainhoa, por su parte, fortalece su perfil como abogada y pareja firme, evitando declaraciones y con una postura discreta.

Así, todo el protagonismo actual recae en sus nuevas ocupaciones: él, inmerso en su proyecto empresarial y posible libro de autoayuda; ella, en mantener el pulso personal sin polémicas.
¿Son reales los rumores de boda?
Tras más de dos años de relación y procesos jurídicos, los detalles sobre una boda siguen siendo inevitables pero poco claros. Las fuentes oscilan entre la supuesta cancelación y planes discretos que nunca se materializan. El elemento familiar, con hijos aún reticentes y una Cristina todavía sin conocer a Ainhoa, condiciona en parte el escenario.
Con los abogados asegurando estabilidad, pero sin fecha para el “sí quiero”, la realidad se perfila como una historia en stand-by. ¿Será esta pausa definitiva o solo una fase previa a una boda íntima y controlada? Lo que está claro es que a día de hoy la noticia gira en torno a una boda cancelada… o a punto de nacer.