Son uno de los dúos más influyentes del panorama musical catalán. Con su estilo fresco, letras cotidianas y ritmos bailables, han conseguido algo que no todos los artistas logran: conectar profundamente con el público joven y no tan joven. Su popularidad ha explotado en los últimos años, especialmente tras el lanzamiento de un disco que se convirtió en un himno para toda una generación. Ahora, han dado el siguiente paso con un nuevo trabajo discográfico que promete llenar escenarios y playlists durante mucho tiempo.
Pero estos días no los han dedicado únicamente a la promoción. Después del intenso ritmo que ha supuesto lanzar su último álbum, los artistas han aprovechado la Semana Santa para tomarse un respiro. Lejos de la ciudad, de los focos y de los micrófonos, se han embarcado en una escapada relajada y romántica en compañía de sus grandes apoyos: sus respectivas parejas. Unas vacaciones que han sido toda una demostración de complicidad y equilibrio entre el éxito profesional y la felicidad personal.
Amor y calma tras el huracán mediático
Después de semanas de entrevistas, conciertos y presentaciones privadas —como la fiesta que organizaron para inaugurar su nueva etapa musical—, los dos músicos decidieron desconectar del mundo mediático. Y lo hicieron alejándose no solo del ruido de la industria, sino también del país. A través de sus redes sociales, han compartido pequeñas pinceladas de este viaje, en el que se puede ver naturaleza, paisajes espectaculares, muchos momentos de paz… y ellos muy bien acompañados.
Quienes les siguen desde hace tiempo ya intuían que estas dos personas especiales formaban parte de su vida, aunque pocas veces se muestran de forma explícita en sus publicaciones. Sin embargo, esta escapada ha sido una excepción, y lo han querido compartir con quienes los apoyan a diario. Las imágenes muestran sonrisas sinceras, abrazos espontáneos y comidas compartidas en lugares con encanto. Todo ello ha hecho que sus fans se vuelquen en mensajes de cariño y admiración.
Relación duradera y estable
Lo más llamativo es que ambas relaciones no son fruto de una fama repentina. Al contrario: vienen de lejos. Una de ellas comenzó hace más de una década, cuando apenas eran adolescentes. Desde entonces, han compartido todos los capítulos de la vida: los momentos tranquilos, los difíciles, los emocionantes. El otro vínculo también es largo, y se ha fortalecido con el paso del tiempo, la convivencia, los viajes y las pequeñas cosas del día a día.
Durante este viaje reciente, se les ha podido ver en ciudades como Londres o en escenarios naturales que recuerdan al lejano oeste americano. Caminatas por senderos polvorientos, cielos despejados, y ellos en actitud relajada, sin maquillaje mediático, mostrando simplemente lo que son: dos personas que se quieren y se apoyan.
Confesiones que derriten
En alguna de sus publicaciones más recientes, uno de los integrantes del grupo felicitaba a su pareja por su cumpleaños con palabras que conmovieron incluso a los más escépticos: “Todavía recuerdo cuando celebrábamos tu cumpleaños con 16. Una década después, compartimos casa, proyectos y el amor más firme que he conocido. Gracias por ser mi todo”. Otra de las dedicatorias, por un aniversario, no se quedó atrás: “Nueve años después sigo sin entender qué fuerza hizo que nos encontráramos, pero sí sé que fue la mayor suerte de mi vida”.
Ambas declaraciones fueron acompañadas por recopilaciones de fotos que mostraban años de historia compartida, viajes, risas, celebraciones y también madurez. Imágenes que, más allá del postureo, transmiten una verdad difícil de encontrar en redes sociales: cariño auténtico y mutuo.
Y al final, ellas: Maria y Judit
Las protagonistas de este amor que florece entre conciertos y backstage son Maria, pareja desde la adolescencia de Xavier Coca, y Judit, compañera de vida de Oriol de Ramon. Dos mujeres discretas pero fundamentales en el universo emocional de los artistas, que han sabido acompañarlos con equilibrio, cariño y complicidad.
Así, mientras The Tyets siguen haciendo historia en la música catalana, lo hacen con algo aún más valioso a su lado: amor real.