Un joven con gafas y chaqueta de invierno sonríe frente a un paisaje nevado con copos de nieve azules superpuestos.

Ni la Antártida ni Siberia: Las impresionantes imágenes de nieve de Gori Masip

El joven meteorólogo catalán ha mostrado esta impactante situación

Cuando imaginamos paisajes helados de una blancura infinita, solemos pensar en lugares remotos como la Antártida o Siberia. Sin embargo, existen rincones mucho más cercanos que pueden ofrecernos escenas igualmente sobrecogedoras. Este es el caso de Pinós, en la comarca del Solsonés.

Donde el joven meteorólogo Gori Masip ha mostrado en un vídeo cómo un episodio de niebla heladora puede transformar por completo el paisaje. En la grabación, Masip expresa su asombro ante la capa de escarcha que cubre árboles, arbustos y caminos. Explicando que, a pesar de parecer un fragmento polar, en realidad se trata del centro geográfico de Catalunya.

Las impactantes imágenes

“Este paisaje podría ser la Antártida o Siberia, pero no es el caso”, comenta, mientras recorre un camino completamente vestido de blanco por la helada. “Estoy en Catalunya, en Pinós, al Solsonés, el medio de Cataluña. En días como hoy, esto se convierte en un espectáculo de blancura”.

Un camión quitanieves rojo despeja una carretera cubierta de nieve rodeada de árboles y montañas.
Nieve en una carretera | ACN

Sus palabras reflejan la incredulidad que muchos sienten al ver la vegetación cubierta por cristales de hielo. Especialmente cuando las temperaturas rondan los -2 o -3 grados a media mañana y han llegado a marcar -6 o -7 grados durante las primeras horas del día.

El fenómeno que describe Gori Masip, conocido como niebla heladora, ocurre cuando la niebla en contacto con temperaturas bajo cero forma cristales de hielo en las superficies expuestas. Los árboles se convierten en auténticas esculturas efímeras.

Y los campos adoptan un aspecto tan brillante que, a simple vista, podrían pasar por enormes llanuras nevadas. Según explica el propio Gori Masip, la capa de escarcha acumulada puede llegar a medir hasta “un centímetro” en la vegetación, lo que crea paisajes de extraordinaria belleza.

Aunque la niebla heladora es común en algunos puntos de la Catalunya interior durante el invierno, la intensidad con la que se ha manifestado en Pinós ha llamado especialmente la atención. Masip señala que esta blancura se extiende “durante unos cuantos kilómetros cuadrados”.

Y que, si se presta atención, puede observarse cómo en ciertas zonas el sol comienza a disipar la niebla, mientras que, en otras, la escarcha sigue aferrada a cada rama. Este contraste, entre sombras gélidas y claros bañado por la luz solar, genera un espectáculo visual único.

Un fenómeno espectacular pero con riesgos

Para los amantes de la naturaleza y la fotografía, un episodio tan marcado de niebla heladera supone una oportunidad inigualable de inmortalizar escenas propias de un documental de territorios polares. Además, las bajas temperaturas de la noche y la calma atmosférica favorecen la aparición de estos mantos helados. Que pueden perdurar varias horas, hasta que el sol sube lo suficiente para fundirlos.

Coches circulando por una carretera nevada
Una carretera nevada | ACN

Por otro lado, conviene recordar que estos fenómenos también conllevan riesgos en las carreteras y en la vía pública, pues la humedad congelada puede generar placas de hielo poco visibles. Los conductores deben extremar la precaución ante posibles pérdidas de adherencia, y los peatones han de caminar con cuidado para evitar resbalones. Sin embargo, con la debida prudencia, presenciar la niebla heladera se convierte en una experiencia casi mágica.

Así pues, las impresionantes imágenes de nieve compartidas por Gori Masip demuestran que, para disfrutar de un espectáculo blanco digno de los polos, no es necesario viajar a la Antártida. Basta con desplazarse al corazón de Cataluña para descubrir que, cuando confluyen las condiciones adecuadas, la naturaleza se encarga de dibujar paisajes irrepetibles que nos dejan con la boca abierta.