Mujer sonriente con los brazos cruzados al frente de una imagen de una mano depositando una moneda en una alcancía de cerdito rosa

Natalia de Santiago, experta en finanzas, te salva la vida si tienes de 20 a 40 años

Si sigues sus consejos conseguirás ahorrar

La última década ha traído consigo una profunda transformación en la economía doméstica, especialmente para quienes se encuentran entre los 20 y los 40 años. Mientras los precios de la vivienda y los bienes básicos han subido a un ritmo imparable, los salarios han mostrado una evolución mucho más lenta, lo que ha tensionado la capacidad de ahorro y la tranquilidad financiera de buena parte de la población joven y adulta.

Muchas personas se encuentran en la encrucijada de querer ahorrar, pero sin saber por dónde empezar ni cómo evitar los errores más comunes. En este contexto, el mensaje de Natalia de Santiago adquiere especial relevancia.

Resulta significativo que la experta en finanzas apueste por una aproximación realista y alejada de grandes capitales, algo fundamental en una época donde la microeconomía, es decir, la economía de cada casa, define el bienestar real de las personas. No es la primera vez que nos da consejos. En uno de los podcasts más escuchados del momento, Natalia confesó que una de sus primeras metas personales fue constituir un colchón financiero suficiente para cubrir tres meses de gastos.

Una persona contando billetes de euro.
Imagen de dinero | LaRazón

Esta simple estrategia puede ser determinante ante cualquier imprevisto, como una avería importante o un gasto médico inesperado, permitiendo mantener los planes de futuro intactos y evitando caer en la trampa de la deuda o el sobreendeudamiento.

El colchón de tres meses, el escudo ante los imprevistos

Natalia de Santiago  insiste en la importancia de construir primero un colchón de emergencia, equivalente a tres meses de ingresos netos. En su opinión, este fondo es el primer paso ineludible para cualquier persona que quiera tomar el control de sus finanzas.

La clave reside en automatizar el ahorro, transfiriendo una cantidad fija al inicio de cada mes, antes de destinar el dinero a cualquier otro gasto. Este enfoque, que compara con la disciplina de practicar deporte a primera hora del día, ayuda a crear un hábito sólido y resistente a las tentaciones del consumo inmediato.

Montaje con una imagen de una mano sosteniendo unas llaves a la derecha. A la izquierda, una mano sosteniendo billetes de distintas cantidades de euro
Foto en la que aparecen billetes y una llave | XCatalunya, Michal Collection, VAKSMANV de Getty Images

La función de este colchón va más allá de proporcionar tranquilidad. Sirve también para protegerse frente a la inflación, ese fenómeno invisible que va restando poder adquisitivo a los ahorros año tras año. Natalia recuerda que, en los últimos veinte años, la inflación acumulada en España ha superado el 55 %.

Eso significa que quien hubiera guardado mil euros en una cuenta corriente en 2004, hoy solo podría comprar la mitad de bienes y servicios con ese dinero. Dejar los ahorros inmovilizados puede tener consecuencias graves para el patrimonio personal.

La inversión como segundo paso: el poder del interés compuesto

Superada la primera etapa del ahorro, Natalia de Santiago anima a dar el salto a la inversión, aunque sea con pequeñas cantidades. Para ella, lo fundamental no es la cifra exacta, sino la regularidad y el horizonte temporal. Aporta un dato revelador: invertir cincuenta euros al mes, durante varios años, puede multiplicar el capital inicial gracias al interés compuesto.

Subida de sueldo
Imagen de dinero | Canva

Esta fórmula, según explica, permite que el dinero empiece a generar rendimientos, y esos rendimientos a su vez produzcan más beneficios, de modo que el crecimiento se vuelve exponencial y no solo lineal.

La popularización de productos como los fondos de inversión ha abierto el acceso a estos mecanismos a cada vez más personas. La experta señala que, aunque existen miles de fondos en el mercado y la decisión puede abrumar, lo esencial es empezar y aprender sobre la marcha, siempre con un enfoque diversificado y acorde al perfil de riesgo de cada uno.

Insiste también en no dejarse llevar por el miedo o la inercia: mantener los ahorros en cuentas sin rentabilidad es la forma más segura de perder valor a lo largo del tiempo. En cambio, invertir de forma disciplinada, aunque sea en pequeñas dosis, permite combatir la erosión de la inflación y aumentar las posibilidades de alcanzar la tan deseada libertad financiera.

Decisiones inteligentes para una jubilación más tranquila

Natalia de Santiago subraya que el error más común entre quienes tienen  entre 20 y 40 años  es no comenzar a pensar en la jubilación con tiempo suficiente. Aunque pueda parecer prematuro, la experta recalca que la diferencia entre empezar a invertir a los 25 o a los 35 años puede traducirse en decenas de miles de euros al llegar a la edad de retiro.

Montaje con una imagen de alguien metiendo una tarjeta en un cajero. En primer término y a la izquierda, una anciana sonriendo
Imagen en la que se ve u n cajero automático y una persona | ACN, Rido, XCatalunya

El secreto está en dejar que el tiempo juegue a favor del ahorrador, aprovechando al máximo el crecimiento compuesto y el efecto bola de nieve de las aportaciones regulares.

No menos importante es prestar atención a la fiscalidad de los productos de ahorro a largo plazo. Según advierte, rescatar de golpe un plan de pensiones puede salir caro desde el punto de vista fiscal. Su recomendación pasa por realizar el rescate de forma escalonada y reinvertir los beneficios fiscales, de modo que el dinero siga creciendo y el coste fiscal se reparta de manera eficiente. La clave está en diseñar una estrategia adaptada a las circunstancias personales y en no dejarse llevar por el cortoplacismo.

A través de estos consejos, Natalia de Santiago ofrece una hoja de ruta práctica y adaptada a la realidad de quienes quieren tomar el control de sus finanzas sin grandes alardes ni riesgos innecesarios. Su propuesta se resume en tres pasos fundamentales: crear un colchón de emergencia, automatizar el ahorro y apostar por la inversión a largo plazo.

Con constancia, paciencia y una mentalidad inversora, incluso quienes parten de salarios modestos pueden sentar las bases de una economía doméstica más robusta, segura y orientada al futuro. Así, el mensaje es claro: no hace falta ganar mucho para vivir con libertad financiera, sino empezar cuanto antes, aprender sobre la marcha y dejar que el tiempo haga el resto.