Michael Newman, actor conocido por su papel en la icónica serie Vigilantes de la playa (Baywatch), ha fallecido a los 68 años debido a complicaciones cardíacas relacionadas con la enfermedad de Parkinson, que le fue diagnosticada hace más de 15 años. Newman, quien participó en más de 150 episodios de la famosa serie de televisión, no solo interpretaba a un socorrista, sino que en la vida real también era un bombero y salvavidas profesional en las playas de Los Ángeles, donde prestó sus servicios durante más de dos décadas.
A diferencia de otros actores de la serie, Michael Newman fue el único miembro del reparto que no era un actor profesional. Su experiencia como socorrista en la vida real le permitió dar autenticidad a su papel, ganándose el respeto de sus compañeros de reparto y de la audiencia. Interpretaba, en esencia, a una versión de sí mismo, lo que le permitió conectar de manera especial con los fans de la serie, quienes lo vieron como una figura de confianza en la pantalla.
El éxito de Vigilantes de la playa en la década de 1990, con su mezcla de acción, rescates y drama en la soleada California, convirtió a Newman en una figura familiar en hogares de todo el mundo. Sin embargo, a diferencia de otros personajes de la serie, como los interpretados por David Hasselhoff o Pamela Anderson, Newman nunca persiguió una carrera actoral más allá de la serie. Su verdadera pasión estaba en salvar vidas, algo que hacía tanto en la pantalla como en la vida real. Después de finalizar su participación en la serie en 2000, continuó con su trabajo como bombero y socorrista hasta que su diagnóstico de Parkinson lo forzó a retirarse.
¿Cómo le afectó la enfermedad?
La enfermedad de Parkinson afectó gravemente la calidad de vida de Newman. Esta enfermedad neurodegenerativa ataca el sistema nervioso central, provocando una serie de síntomas como temblores, rigidez muscular y problemas de movimiento. A pesar de la progresión de la enfermedad, Newman luchó durante muchos años y utilizó su plataforma para concienciar sobre el Parkinson, colaborando con la Fundación Michael J. Fox en sus esfuerzos por financiar investigaciones y encontrar una cura.
El impacto del Parkinson en su vida fue devastador, afectando no solo su movilidad, sino también sus funciones cardíacas, lo que finalmente llevó a las complicaciones que le causaron la muerte. De hecho, tres meses antes de su trágica pérdida, realizó una entrevista en el medio People y dejó un par de declaraciones hablando de su enfermedad.
“Mi cuerpo me ha cambiado tan lentamente que apenas lo noto, pero constantemente me recuerda que el Parkinson se ha convertido en el centro de mi vida”, dijo, por un lado. Luego añadió: “La vida es corta. Es algo que no solía pensar antes”.