En pleno agosto, cuando el ruido del verano suele confundir señales, un gesto calculado encendió todas las alarmas del corazón. La protagonista fue Melyssa Pinto, que decidió mover ficha con elegancia y precisión, dejando pistas suficientes sin caer en la obviedad.
El vídeo en El Salvador que rompe el silencio
La influencer compartió un clip en Instagram desde El Salvador, tomada de la mano de un acompañante que los fans identificaron sin ninguna vacilación. El texto añadía intención narrativa: “Salida del vuelo con destino a la felicidad; el final, un regalo de El Salvador”, escribió la catalana. La publicación funcionó como declaración suave, meditada y perfectamente cronometrada. En el plano no aparecían rostros, pero sí un detalle imposible de maquillar: el tatuaje en forma de corazón del actor en el antebrazo derecho.
El detalle del tatuaje y una cronología que explica el desenlace
La comunidad entendió el guiño y leyó el clip como confirmación pública del romance. El movimiento llega tras meses de rumores, culminados en julio con la famosa fotografía del beso captada por una revista y difundida masivamente. Antes ya se habían sumado indicios: paseos, entrenamientos compartidos y un detalle viral, cuando Casas dejó a Pinto en la boda de una amiga. Aquella escena reavivó las sospechas y alimentó la narrativa del “secreto a voces”.
El verano consolidó el relato con unas vacaciones en El Salvador junto al clan Casas, donde estuvieron Óscar y Ana Mena en clave de pareja. Fue el primer viaje amplio que situó a Melyssa dentro del círculo más cercano del actor. Desde marzo, diversas apariciones públicas encendieron las sospechas, con escapadas a Cantabria y entrenamientos a dúo que dejaron fotos y miradas cómplices. El punto de inflexión llegó cuando una revista publicó la imagen del beso, una estampa sencilla que oficializó, de facto, la pareja del verano.
Qué dicen familia y medios
En paralelo, la madre de Melyssa, Nela de Almeida, avaló con prudencia la relación y subrayó que veía a su hija feliz y serena. Un respaldo familiar que encaja con el tono templado que ellos mismos han elegido. ABC y Telecinco coincidieron en la lectura del gesto: el tatuaje reconocible bastó para que los seguidores interpretaran aquella escena como confirmación. La clave fue la suma de símbolos, más que una foto frontal.
El Independiente añadió matices citando a Javi de Hoyos, quien aseguró que no hubo presentación formal, porque los padres llegaron después al destino. El relato, por tanto, es de consolidación progresiva más que de gran posado. La prensa salvadoreña subrayó la escapada a las playas de La Libertad y el ambiente íntimo que rodeó esta fase pública de su romance. El escenario centroamericano se convirtió en parte de la historia.
Un gesto de comunicación pensado
Melyssa optó por una puesta en escena medida, que enseña cercanía y complicidad, sin entregar la fotografía frontal que preserve su vida diaria. El equilibrio favorece la narrativa y evita la sobreexposición inmediata. El clip sigue la tendencia de reels de pareja y permite controlar el ritmo del relato, con referencias emotivas, destinos exóticos y un cierre cinematográfico. Así se construye una confirmación sin sobreactuar, pero con impacto medible.
El destino no fue casual: la familia se alojó en El Zonte, epicentro surfero de La Libertad, y compartieron gastronomía local con entusiasmo. La postal perfecta para una confirmación con identidad. Desde allí, cada publicación dosificó la narrativa sentimental y turística, un híbrido perfecto para feeds que mezclan promoción, intimidad y control reputacional. Mario, que evita pronunciarse sobre su vida sentimental en entrevistas, refuerza así su perfil reservado.
Tras este paso público, todo apunta a que mantendrán la fórmula: instantáneas coordinadas, viajes compartidos y un perfil discreto para los momentos privados. Mientras tanto, El Salvador queda como escenario simbólico de la confirmación y de la integración real en el universo familiar Casas.