Hay nombres que quedan grabados para siempre en la memoria colectiva de la televisión. Uno de ellos es el de un actor que se convirtió en el patriarca de toda Catalunya gracias a un papel inolvidable. Hablamos del recordado Miquel Cors, quien dio vida a Antoniu - pronunciado así - Aiguader en la pionera telenovela 'Poblenou'.
Lo que muchos quizás no recuerdan es que este icono de la pequeña pantalla compartió su vida con otra de las grandes estrellas de nuestro país. Nos referimos a Nina, la potente voz que representó a España en Eurovisión en 1989 y que años después formaría a toda una nueva generación de artistas. Su historia de amor fue la de dos talentos que, durante un tiempo, caminaron juntos.
Miquel Cors: el padre de la televisión catalana
Miquel Cors fue, y sigue siendo, una figura fundamental en la historia de la interpretación en Catalunya. Su salto a la fama masiva llegó en 1994 con 'Poblenou', la primera telenovela de producción propia de TV3.

Su personaje, Antoni, el padre de familia que abría un supermercado, conectó de inmediato con la audiencia. Cors se convirtió en un rostro familiar y querido - aunque también odiado - en miles de hogares. Un personaje que era machista, infiel y en ocasiones violento pero que de vez en cuando también hacía buenas acciones.
Sin embargo, su carrera iba mucho más allá. Fue un respetado hombre de teatro, donde no solo actuó, sino que también dirigió. Además, poseía una voz imponente que le permitió desarrollar una sólida trayectoria en el doblaje. Su prematura muerte en 2010 a los 61 años dejó un vacío inmenso en el mundo de la cultura.
Nina: de Eurovisión a reina del musical
La carrera de Nina, por su parte, ha sido un torbellino de éxitos en diferentes disciplinas artísticas. España entera la descubrió en 1989, cuando defendió la canción "Nacida para amar" en el Festival de Eurovisión. Años más tarde, su popularidad viviría un segundo apogeo al convertirse en la estricta y carismática directora de la academia de 'Operación Triunfo'.

Su papel en las primeras ediciones del concurso la consolidó como un referente musical. No obstante, ha sido en el teatro musical donde Nina ha encontrado su verdadero reino. Su aclamada interpretación en producciones como 'Mamma Mia!' la ha consagrado como una de las grandes damas de la escena española.
Un amor discreto en el corazón del espectáculo
A mediados de los noventa, Miquel Cors y Nina formaron una de las parejas más atractivas del panorama artístico catalán. Él era el actor consagrado y ella, la joven cantante que despuntaba con una fuerza arrolladora.

Su relación sentimental se desarrolló con una notable discreción, alejados del ruido mediático. Duró cinco años.
Eran dos profesionales admirados que gestionaron su vida privada con una elegancia poco común. Aunque su matrimonio finalmente llegó a su fin, el recuerdo de aquella unión perdura. Representaron la conexión de dos mundos, el del teatro y la televisión con el de la música, unidos por el talento y el respeto mutuo.