Un hombre con expresión pensativa junto a un emoji de cara pensante y un fondo con un diseño de ojo y cámara.

2 meses después sale a la luz cuál es la enfermedad de Jordi González

El presentador catalán revela lo que padece

Durante meses, el nombre de Jordi González desapareció de las pantallas. El veterano presentador catalán, con más de tres décadas de carrera en la televisión española, se ausentó sin aviso de los platós de TVE, dejando tras de sí una estela de incertidumbre y rumores. ¿Qué le había ocurrido? ¿Por qué no se pronunciaba ningún medio? Y lo más desconcertante: ¿por qué su compañera de programa, Anne Igartiburu, no hacía mención a su ausencia?

Este viernes, por fin, hemos salido de dudas. El propio González ha roto el silencio y ha explicado con detalle su situación personal, tras más de cinco meses lejos de los focos. Y lo ha hecho como siempre: con ironía, franqueza y sin esconder el mal trago vivido.

Una presencia insustituible en la televisión

Con 63 años, Jordi González es uno de los rostros más reconocidos de la televisión española. Su estilo sobrio, incisivo y elegante ha dejado huella en cadenas como Telecinco y TVE. Desde hace un año, compartía plató los fines de semana con Anne Igartiburu, hasta que, de repente, dejó de aparecer.

Un hombre con expresión de enojo señala con el dedo mientras dos personas conversan en un vestidor.
Una pareja hablando en Gran Hermano | Telecinco, Xebeche

Lo que empezó como una “baja temporal” se convirtió en un silencio absoluto. Ningún parte médico oficial, ninguna declaración pública del entorno del programa y, sobre todo, ningún mensaje de apoyo visible por parte de su compañera televisiva. Una ausencia tan larga y tan discreta como inusual.

La televisión, en pleno cambio de ciclo

Durante estos meses, la parrilla televisiva ha seguido moviéndose. El regreso de Andreu Buenafuente a TVE, con un formato de entrevistas que roza el 14% de cuota de pantalla, ha devuelto a la cadena parte de su brillo. Xavier Sardà también ha dejado ver señales de que su regreso es posible.

Jesé Rodríguez, cabreado con un concursante de SV
Jesé Rodríguez a la izquierda, y a la derecha el logo de Supervivientes | Google Imagenes

En este contexto de renovaciones y regresos, muchos se preguntaban si Jordi volvería. Las quinielas mediáticas lo daban por fuera de juego. Sin embargo, las palabras del propio presentador han demostrado lo contrario: no solo sigue vivo profesionalmente, sino que su historia reciente podría haber acabado mucho peor.

Una recuperación que empezó en Colombia

Todo comenzó a finales de diciembre, durante unas vacaciones navideñas en Colombia. González explicó que al principio creyó tener un simple resfriado. “Dolor de garganta, algo de fiebre, me sentía débil... pensé que era el típico bajón tras unos días de descanso”, relató en conversación con una amiga cercana.

La realidad era otra. Lo que parecía una indisposición leve fue empeorando rápidamente. El presentador pasó de sentirse "malito", como él mismo dijo entonces en una videollamada, a necesitar hospitalización urgente. “Me puse a llorar, a toser, no sabía qué me pasaba”, relató con crudeza.

El silencio mediático que dio pie a rumores

A su regreso a España, ya convaleciente, se refugió en su casa de Madrid. En todo ese tiempo, ningún programa de TVE abordó su situación. La ausencia de comunicados oficiales y la falta de mensajes públicos por parte de su entorno más próximo generaron todo tipo de especulaciones. Algunos llegaron a temer lo peor.

Mientras tanto, Jordi se apoyaba en su entorno más íntimo. En una reciente videollamada por su santo, mostró en la pared de su casa una gran foto de un taxi barcelonés bajo la lluvia, símbolo de sus raíces y de su conexión emocional con su ciudad natal.

La confesión más esperada

Finalmente, Jordi González ha decidido hablar. Y lo ha hecho con claridad, pero también con un punto de sarcasmo que nunca pierde. “Estoy recuperado. Bueno, al 90%. Estoy yendo a rehabilitación, pero dentro de poco estaré en plena forma”, ha asegurado. Luego, soltó la bomba.

“He tenido el mismo problema que ha acabado con la vida del papa Francisco. Lo que pasa es que yo soy más joven y no estoy tan gordo”, bromeó.  Y, por primera vez, puso nombre a lo vivido: una bronconeumonía bilateral complicada con una crisis renal. Dos meses ingresado en un hospital sudamericano. “Un puto desastre, pero me han salvado la vida”, concluyó.

González ha vuelto. Y con él, una lección: no todo tiene que contarse al instante, pero algunas historias merecen ser contadas con voz propia. La suya, por suerte, sigue firme.