Miguel Urdangarin, hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, lleva una vida despreocupada en Madrid, donde reside en el Palacio de la Zarzuela junto a su abuela, la reina emérita Sofía. A sus 21 años, el joven no estudia ni trabaja, habiendo abandonado sus planes tras una lesión que le obligó a tomarse un "año sabático".
Sin preocupaciones económicas, disfruta de una existencia acomodada, financiada por su abuelo, Juan Carlos I, quien cubre todos sus gastos. Miguel pasa los días en los bares de la capital, acompañado por amigos que comparten su estilo de vida, según ha asegurado el medio El Nacional. Estos amigos, al igual que él, son jóvenes adinerados, conocidos coloquialmente como "ninis" por su falta de interés en estudios o trabajos.
El entorno privilegiado en el que ha crecido ha facilitado que Miguel adopte una actitud relajada frente a la vida, despreocupándose de cualquier tipo de responsabilidad financiera o académica. La Zarzuela, con todas sus comodidades, y el respaldo económico de su abuelo, le proporcionan una burbuja de confort en la que cualquier necesidad material está a su alcance sin esfuerzo alguno. Este estilo de vida se refleja en su rutina diaria, que se centra en largas mañanas en bares de Madrid y reuniones sociales con su grupo de amigos, también provenientes de familias acomodadas, sin ninguna prisa por enfrentar el mundo laboral o académico.
La vida de Miguel Urdangarin es una representación clara de los privilegios que ofrece su entorno familiar. Mientras la mayor parte de los jóvenes se enfrenta a desafíos como los estudios o la búsqueda de empleo, él disfruta de una libertad que le permite vivir sin esas preocupaciones. Sin embargo, esta vida sin responsabilidades también genera críticas, pues su comportamiento refleja una desconexión con las realidades que afectan a la mayoría de los jóvenes de su edad.
Su relación con Olympia Berracasa
La relación entre Miguel Urdangarin y Olympia Berracasa ha despertado interés debido a sus orígenes en círculos sociales exclusivos. Olympia, nieta de Pitita Ridruejo, proviene de una familia acomodada y ha sido vista en varias ocasiones junto a Miguel. Aunque ninguno ha hecho declaraciones públicas al respecto, su cercanía y el hecho de pertenecer a un entorno de jóvenes adinerados que comparten estilos de vida similares ha alimentado la especulación sobre la naturaleza de su vínculo.
Miguel Urdangarin también dedica parte de sus días libres, todos, a su pareja sentimental, con quien da largos paseos o disfruta de la vida nocturna de la capital.