Con 97 años y medio, Lluís Marimon no solo sigue vivo y activo: es una leyenda del atletismo catalán. Marimon es el atleta federado más veterano de Catalunya y un ejemplo de constancia, disciplina y amor por el deporte que cautiva a quien lo conoce. Pero su mérito no se queda en el dato cronológico.
Este 2025, ocupa la segunda mejor marca mundial en salto de longitud y lanzamiento de peso en la categoría de 95 a 100 años. Cuando compite, a menudo lo hace solo: no hay nadie más en el podio. Y aun así, él está, fiel, persistente, incombustible.
Una vida entre imprentas y pistas
Cada mañana coge el autobús y se planta en la imprenta que fundó en el año 1958, donde todavía saluda a los trabajadores y revisa marcas deportivas desde su ordenador. Vive solo, a solo 500 metros del estadio atlético de Igualada, ubicación que eligió expresamente para poder seguir respirando el ambiente de su club de siempre: el Club Atlètic Igualada, que él mismo fundó y por el que ha hecho todos los papeles posibles.

Desde hace décadas, cada tarde se sienta en un banco del estadio y observa cómo entrenan las nuevas generaciones. Muchos le preguntan si él no corre. Él, sonriendo, responde: “A mi edad no me entreno. Me levanto, camino un poco, hago cuatro ejercicios y ya está. Compito solo cuatro veces al año, si caen cerca”.
Marcas que hacen historia
Y todo ello con marcas impresionantes para su edad: 4 metros y 12 centímetros en lanzamiento de peso y 1 metro 22 centímetros en salto de longitud. Unos datos que muchos adultos jóvenes ya querrían firmar. Ha ganado tres medallas en los mundiales, ocho en los europeos y más de un centenar de títulos entre campeonatos estatales.

Y lo más sorprendente: casi siempre sube al podio solo, porque no hay nadie más que compita en su franja de edad. Y cuando lo juntan con atletas de 80 o 85 años, él protesta: “¡Con algunos me llevo 17 años!”
Una pasión que no se apaga
Su relación con el atletismo es tan íntima que él mismo dice que solo lo jubilará la muerte. Literalmente. “Yo a estas alturas ya no quiero dejarlo, me sigue gustando, es mi mundo. Ya lo dejaré el día que me muera. Venga, basta de entrevista y vamos a correr”, dijo recientemente en una entrevista en Esports3.
Con esta naturalidad y espíritu indomable, Marimon se ha convertido en un icono silencioso, un modelo para jóvenes y mayores que a menudo ponen excusas para no moverse o para abandonar demasiado pronto.
El atleta de una ciudad
Para Igualada, Lluís Marimon no es solo un atleta: es un símbolo, una institución viva. Fue clave en la construcción del estadio atlético de la ciudad, y hoy en día todavía hace presencia activa, saludando, inspirando, observando, animando. En un mundo donde todo pasa rápido y parece que la edad sea un límite, él es la prueba de que la voluntad, el compromiso y la pasión pueden vencer al calendario.
Con casi un siglo de vida a cuestas, Lluís Marimon no se retira, no se doblega, no se rinde. Corre solo en la pista, sí, pero nunca ha estado tan acompañado de admiración. Catalunya no solo tiene en él al atleta más veterano, sino quizá también al más admirable.