Juan Urdangarin y Borbón es hijo de la Infanta Cristina y del exjugador de balonmano Iñaki Urdangarin. Nacido en 1999, es el séptimo en la línea de sucesión al trono español y ha vivido de primera mano todos los problemas legales, extramatrimoniales y reales de sus padres. El aristócrata residió en Barcelona hasta 2009, cuando su familia se mudó a Washington.
Ahora, con 24 años, está muy alejado del foco mediático, y por culpa de su padre le tocó madurar antes de tiempo. Al ser el hijo mayor de los exduques, le tocó vivir en sus propias carnes todo lo relacionado con el caso Nóos, y con el ingreso de su padre en prisión, tuvo que hacer de figura paternal para todos sus hermanos pequeños.
Incluso se llegó a decir que la situación le afecto tanto que tuvo que ir a un centro de salud mental. Por culpa de la arrogancia y lujuria de su padre, Juan fue el foco de muchas críticas, e incluso le llegaron a increpar en la calle. Su madre fue su principal punto de apoyo, y a día de hoy sigue asistiendo a terapias para sobrellevar ese peso que le dejó su padre de manera irresponsable.
Tras su paso por Ginebra junto a su madre y sus otros tres hermanos, el mayor de los Urdangarin se fue al Reino Unido, donde se formó y empezó a entrar al mundo laboral, raro siendo quién es. Allí ejerció de empleado en la compañía 'Extreme E', orientada al uso de los coches eléctricos y liderada por Alejandro Agag, yerno de Aznar.
Su relación con el rey
Las malas lenguas dicen que el rey emérito usó a Iñaki Urdangarin como cabeza de turco para que asumiera todos los escándalos en los que estaba envuelto la corona española. El mismo Juan habría responsabilizado a su abuelo de la situación que vivió su padre, ya que no hablaban muy bien de él delante de las cámaras y los medios de comunicación.
Durante el año pasado, en medio de la ruptura y divorció de sus padres, Juan exigió al emérito que pidiera perdón a su padre y compensara a la familia por todo el daño recibido por su culpa. Esta discusión involucró indirectamente también al Rey Felipe VI, ya que fue quién decidió retirar el título de duquesa a su madre.
El mismo Juan llegó a encararse con su tío, y según varias fuentes del mundo del corazón, tuvieron que incluso separarlos para que eso no fuera a más. El hijo de la Infanta es quién mejor conoce la situación que han vivido sus padres, y no pudo contener la frustración guardada durante todos estos años. Así pues, parece que su relación con el rey y el emérito está totalmente rota.