La tradicional recepción en el Palacio de Marivent siempre genera una enorme expectación, pero la de este verano pasará a la historia por un motivo muy especial. Por primera vez, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía acompañaban a los Reyes Felipe y Letizia en este acto de gran calado social y político, un debut que las convirtió, sin lugar a dudas, en el centro de todas las miradas.
Su llegada fue recibida con una calurosa ovación por los más de seiscientos invitados, pero la atención pronto se desvió hacia un detalle que no tardó en encender el debate en medios y redes sociales.
Lo que prometía ser una noche de estreno y celebración se vio empañado por la controversia que, una vez más, rodeó a los estilismos de las jóvenes Borbón. La opinión pública volvió a cuestionar por qué las herederas no visten acorde a su edad.

Unos looks que no convencen a nadie
No es la primera vez que los atuendos de Leonor y Sofía generan un torrente de comentarios negativos. Sin embargo, en esta ocasión, las críticas han sido especialmente severas. Los expertos y el público coincidieron en que los conjuntos elegidos para la recepción de Marivent resultaban anticuados y poco favorecedores para dos jóvenes de su edad.
En lugar de optar por la frescura y la modernidad que se espera de ellas, sus apariciones públicas parecen ancladas en un clasicismo que muchos consideran forzado y desfasado.
Los ojos acusadores no tardaron en posarse sobre dos figuras clave en la imagen de la Casa Real: la estilista de la Reina y la propia Reina Letizia. Desde hace tiempo, circula con insistencia el rumor de que es el equipo de confianza de la monarca quien toma las riendas del armario de sus hijas.

Sin embargo, las voces más críticas van un paso más allá y sugieren que es la propia Letizia quien prefiere que sus hijas mantengan un perfil bajo en lo que a moda se refiere, evitando así que puedan eclipsarla en los actos oficiales. Una estrategia que, de ser cierta, estaría provocando un efecto contrario al deseado, generando una polémica innecesaria.
Sofía da un paso al frente, cansada de sentirse disfrazada
Quien parece haber dicho "basta" a esta situación es la Infanta Sofía. Tras cumplir la mayoría de edad el pasado mes de abril, la hija menor de los Reyes empieza a ser plenamente consciente del poder de su imagen y, según fuentes cercanas a palacio, ya no está dispuesta a sentirse disfrazada.
Se comenta que su hartazgo ha provocado los primeros enfrentamientos serios, pues comprende ahora los enfados que su hermana Leonor ha manifestado en privado en más de una ocasión por los atuendos que le obligaban a lucir. En este sentido, no solo señala a Letizia, sino también a la estilista de la Reina, quien habría escogido el vestido con base en las indicaciones de la mujer de Felipe VI.

Periodistas especializadas en la Casa Real, como Maica Vasco, han puesto palabras a este sentir generalizado, mostrando su perplejidad ante elecciones tan poco acertadas como la del traje que lució Sofía en los Premios Princesa de Girona. “Me estoy dando cuenta de que veía a Sofía muy triste, seria y arrinconada. La llevan fatalmente vestida”, comentaba Vasco, añadiendo con dureza que "nadie en su sano juicio se pondría ese traje".
Esta creciente tensión destapa una grieta en la férrea imagen de control que proyecta Zarzuela. La Infanta Sofía ya no es una niña y su deseo de forjar una identidad propia, también a través de la moda, choca frontalmente con la visión impuesta desde palacio. La pregunta que queda en el aire es si logrará imponer su criterio en futuras apariciones o si esta batalla estilística se convertirá en un nuevo foco de conflicto dentro de la Familia Real.