Con la llegada del otoño, los bosques catalanes se llenan de una de las joyas gastronómicas más buscadas de la temporada: las setas. Este periodo es una auténtica fiebre para los aficionados a la micología. Que salen cada año en busca de los mejores robellones, ceps, rossinyols y otras especies que pueblan los rincones más húmedos y secretos de los bosques de Catalunya.
Los ‘boletaires’, como se conoce a los buscadores de setas en el país, están atentos a las condiciones meteorológicas. Esperando el momento justo en que las lluvias y las temperaturas otoñales crean el clima perfecto para que estas delicias surjan de la tierra. La emoción que rodea la caza de setas no se limita solo al hallazgo de estos preciados hongos, sino también a la experiencia de recorrer los paisajes naturales.
En Catalunya, la recogida de setas es más que una tradición; es casi una pasión nacional que reúne a personas de todas las edades. Muchas familias tienen sus propios sitios secretos, transmitidos de generación en generación, donde año tras año cosechan cestas llenas de los mejores ejemplares. Sin embargo, con esta práctica también viene el secretismo.
Entre los ‘boletaires’ existe una regla no escrita que prohíbe desvelar las ubicaciones de los mejores parajes para evitar la sobreexplotación de los recursos. Este código de silencio es uno de los aspectos que añade aún más misticismo a la tradición de la búsqueda de setas.
La imagen compartida por Mainat
Josep Maria Mainat, reconocido por su trayectoria en el mundo del espectáculo, ha compartido recientemente una imagen en X(Twitter) que seguramente pondrá con los dientes largos a más de un ‘boletaire’. En la fotografía se pueden ver grandes cajas llenas de robellones, recién recolectados por unos amigos suyos, según explica el propio Mainat.
Acompañando a la impresionante imagen, el productor catalán añade un toque de humor, comentando: "Tinc prohibit dir-vos on van anar...". Con esta frase, Mainat no solo destaca la abundancia de la cosecha. Sino que también hace referencia a esa norma no escrita entre los ‘boletaires’: nunca revelar la ubicación de los mejores lugares.
La fotografía ha generado un revuelo considerable entre sus seguidores, muchos de los cuales no han podido evitar expresar su envidia en los comentarios. Y no es para menos, ya que la cantidad de setas recogidas en la imagen es verdaderamente impresionante.
Los robellones, también conocidos como ‘rovellons’ en catalán, son una de las especies más apreciadas y su presencia en los mercados puede llegar a tener un precio considerable. Sin embargo, los verdaderos aficionados saben que el auténtico placer está en encontrarlos ellos mismos, lo que explica el entusiasmo que despiertan las imágenes como la de Mainat.
Este tipo de publicaciones siempre desatan la curiosidad sobre dónde se han recogido tantas setas, pero como bien indica el mismo Mainat, es un secreto que no se puede revelar. La protección de estos parajes es fundamental para asegurar que, año tras año, los ‘boletaires’ puedan seguir disfrutando de una tradición única.