La hija del querido campeón de motociclismo, Àlex Crivillé, dio unas recientes declaraciones acompañada de su padre para hablar de los días en los que padeció de anorexia y bulimia. Maria, a sus 18 años, ha madurado rápidamente tal vez producto del bullying que sufrió desde los 12 años, cuando empezó a mostrar los síntomas de este trastorno alimentario.
En una entrevista en Catalunya Radio, María declaró: "Ahora ya hablo de la recuperación, pero recaer es muy fácil porque el camino ya lo sabemos. Tengo un trastorno de conducta alimentaria. Me decían 'Mira la anoréxica' o 'mira a la bulímica'. A los 12 años sufría de anorexia. Me di cuenta de que tenía el problema cuando era bailarina".
También señaló que su rendimiento en la escuela se vio afectado: "Yo no lo veía como un problema sino como un juego: cuando llegue al peso que yo quiero, paro. Y seguía. Un día la madre me vio desnuda en el probador para comprar ropa y lo vio. En la escuela me decían "Maria está gorda'. Creía que lo hacía para adelgazar pero no.
Al respecto, continúa: "Adelgazar era la superficie, pagas con la comida otros problemas como el bullying, no sentirte a gusto en ningún sitio, problemas en casa… Todo nace del bullying escolar. Va a más, no es un día o una semana, son meses y años. Al principio era llamarme gorda y después me roban la maleta, el estuche, me empujan por las escaleras… Se te acumula todo. No pedí ayuda. Nadie es tan valiente para superar eso solo. No avergonzarse. Creía que era culpa mía que me lo hicieran".
Àlex Crivillé, el bastión de María en su batalla contra la anorexia
Su padre, quien también estuvo presente en la entrevista, señala que la acompañó y también realizó terapia con ella. Conoce testimonios de lucha de otros padres con sus hijos y se emociona al escucharlos, pues tocan fibras sensibles de su ser. Siempre ha estado para ella y así seguirá siendo.
Su ingreso para el tratamiento fue tocar fondo para María: "Desayunas, miras la tele, vienen los padres, pintas mandalas, juegas a juegos de mesa. Las de 14-15 años éramos las pequeñas, cuando yo salí entraban niñas de 8 años, después de la pandemia. Ahora tengo buena relación con la comida. La comida no era el problema, tapaba los problemas. Cuando tengo un día malo tengo que vigilar porque mi vía de escapar es la comida.
Hoy en día, María encuentra salida a este trastorno en otras cosas: perros, caballos, le gusta escuchar música, especialmente la de Dani Martín, quien la llamó cuando cumplió 15 años. Sin duda, una historia que conmueve por lo fuerte que tuvo que ser María a tan corta edad.