Helena García Melero se ha convertido en noticia este mes tras compartir en su Instagram una imagen ante la emblemática puerta del Bar Boia de Cadaqués, cerrado desde el 4 de enero por la Ley de Costas. En ella, la presentadora se muestra con gesto melancólico, sentada en el suelo y sin maquillaje, lanzando un mensaje claro: “Salvemos el Boia”. Pero, ¿qué hay detrás de este gesto más allá de la postal veraniega? Hablemos de ello.
Cadaqués un refugio personal
Hace tan solo unas semanas, Melero viajó a Cadaqués, su refugio personal en la Costa Brava, para apoyar una reivindicación local. La clausura del Bar Boia por la nueva normativa costera —que exige 150 m de separación entre establecimientos— dejó fuera de juego a un local con casi 80 años de historia, fundado en 1946 y vinculado a figuras como Dalí o Duchamp.

La foto que compartió la periodista no solo refleja tristeza, sino una reivindicación de identidad: “Gracias infinitas… ‘Vamos al Boia a tomar un café’ no puede ser historia”, expresó en Instagram, sumándose así a voces como Pilar Rahola o Manel Fuentes, que también han alzado su voz en favor del Bar Boia,
Reacciones oficiales
Desde la familia Vehí, propietaria del histórico local, se hizo un recurso administrativo ante la decisión de cierre, pero la respuesta aún tardará. En cambio, la repercusión mediática ha sido inmediata. En redes —especialmente Twitter e Instagram— la etiqueta #SalvemBoia se viralizó, con comentarios de apoyo, y seguidores de TV3 alabando la iniciativa de Melero: “un gesto emotivo, sin postureo”.
Helena no es ajena a las causas sociales; ya había destacado por su respaldo al comercio local, como cuando posó en Cadaqués con unas alpargatas artesanas de terciopelo negro, de Calakai, para promover emprendimientos empordaneses.

Un gesto muy importante
El gesto de Helena García Melero en Cadaqués trasciende la prensa rosa. Ya no hablamos de estilo o exclusivas, sino de una periodista que usa su voz —sin altavoz mediático estridente— para dar visibilidad a lo auténtico. Su reivindicación por el Bar Boia conecta empatía, memoria y compromiso local, recordándonos que también en la frivolidad veraniega hay espacio para lo importante.
¿Conseguirá su influencia que las autoridades reconsideren la reapertura del Bar Boia? Si lo logra, será un triunfo ciudadano profundamente humano… y mediático. Porque algunas historias no necesitan escándalo, solo un corazón dispuesto a actuar.