Un hombre con chaqueta gris está sentado junto a una pared de piedra con varias placas, y hay un círculo rojo que muestra gotas de lluvia en un vidrio.

Gori Masip desvela el secreto de muchos pueblos de Catalunya

El joven meteorólogo es muy activo en redes sociales

El meteorólogo Gori Masip ha protagonizado un interesante análisis sobre un fenómeno poco conocido pero de gran relevancia histórica y ambiental en Catalunya: las placas conmemorativas que marcan los niveles alcanzados por el agua en episodios de desbordamiento e inundaciones. Durante una visita al pueblo de Conesa, un pequeño municipio de la Conca de Barberà, Masip destacó la importancia de estas marcas como ejercicio de memoria colectiva y conciencia ambiental.

Las marcas de inundaciones en Conesa

En su intervención, Gori Masip mostró tres placas situadas en una pared del pueblo, cada una señalando un episodio histórico de fuertes lluvias que dejaron una huella imborrable en la comunidad. Estas son:

Presentador del clima señalando un mapa meteorológico con un gráfico circular que muestra lluvia intensa.
Montaje en el que se ve a Gori Masip y una imagen de lluvia | TV3, XCatalunya

La riada de Sant Miquel (1984). Este episodio, aunque no tan destructivo como otros, dejó el agua a una altura de 50-70 centímetros en algunas zonas del municipio.

La riada de Santa Tecla (1874). Este fue el evento más devastador registrado en Conesa. Ocurrió el 23 de septiembre de 1874 y alcanzó casi dos metros de altura, causando una tragedia que se extendió por toda Catalunya, con más de 600 víctimas mortales.

La riada de 2014:  Este fenómeno más reciente dejó 200 litros por metro cuadrado en apenas dos horas, provocando daños materiales significativos, como vehículos y viviendas afectadas. Afortunadamente, no se reportaron pérdidas humanas.

La importancia de estas marcas históricas

Según Masip, estas placas no solo son un recordatorio de los desastres pasados, sino también una herramienta educativa y de prevención. Ayudan a las comunidades a dimensionar el impacto de las inundaciones y a entender que, aunque estos eventos sean esporádicos, pueden repetirse.

El reciente episodio en pueblos cercanos a la ciudad de Valencia ha servido para que nos demos cuenta de la importancia de los episodios de lluvia. En todos los pueblos deberían poner marcas como éstas.

Un joven con gafas y chaqueta de invierno sonríe frente a un paisaje nevado con copos de nieve azules superpuestos.
Gori Masip | Gishella Rose, @meteo_garraf, XCatalunya

El meteorólogo también subrayó que, en el caso de Conesa, las obras de canalización realizadas en 2001 han contribuido a minimizar el impacto de las riadas posteriores. Sin embargo, advirtió que la historia demuestra que estos fenómenos extremos pueden volver a ocurrir en cualquier momento, especialmente en un contexto de cambio climático.

En palabras del propio meteorólogo: "No sabemos cuándo será el próximo, pero la historia nos demuestra que pueden volver a pasar". Un mensaje que deja claro que tenemos que ser cautos y procurar que episodios como estos no vuelvan a repetirse.