Para mantenerse durante tantos años en la programación deTV3, los presentadores deben cumplir varias condiciones: una dicción impecable, dominio de la actualidad, seguridad en cámara y, sobre todo, telegenia. No basta con poseer un buen bagaje periodístico; también hay que generar empatía a través de la pantalla.
En el caso de Helena Garcia Melero, presentadora y codirectora del programa diario Tot es mou, pocas dudas caben acerca de su carisma: la cámara la adora y, con 57 años, se mantiene como uno de los rostros más reconocidos de la televisión catalana.
Muchos la recuerdan por sus etapas en informativos, pero ahora se ha consolidado como la cara visible durante las tardes. Melero no se limita solo a las apariciones televisivas. También es muy activa en redes sociales, en especial, en Instagram.
Mensaje para Cadaqués
Un ejemplo reciente es la publicación en la que posa ante la puerta cerrada de un histórico local de Cadaqués, el Bar Boia, afectado por la Ley de Costas. “Gracias infinitas a toda la familia del bar Boia. ‘Vamos al Boya a tomar un café’ no puede ser historia. Salvemos el Boia de Cadaqués”, escribió. En la imagen, se la ve sentada en el suelo, con un aire melancólico, ropa de diario y la cara lavada, en una escena tan sencilla como poderosa.
Para la presentadora, Cadaqués es mucho más que un rincón turístico: es un segundo hogar al que regresa siempre que puede. La imagen del bar cerrado, con las persianas cerradas, es impactante y sirve para lanzar un mensaje de ayuda a las instituciones.
Desde hace tiempo, muchos residentes y veraneantes habituales de la localidad —entre ellos, personalidades como Pilar Rahola o Manel Fuentes— se han unido a la protesta contra el cierre de este emblemático negocio. La intervención de Melero, con su gran alcance mediático, se suma a este coro de voces que clama por mantener vivo un espacio que forma parte de la memoria colectiva del Cap de Creus.
La foto de la presentadora, con ropa cómoda, zapatillas y bufanda para protegerse de la tramuntana se ha hecho viral. Esta es su aportación para evitar la desaparición del Bar Boia. Ella no lo quiere, nadie lo quiere en Cadaqués.
Bar Boia
El Bar Boia, fundado en 1946 en la Platja Gran de Cadaqués, ha sido un emblemático punto de encuentro para locales y visitantes durante casi ocho décadas. Este establecimiento no solo ofrecía un espacio de tertulia y gastronomía, sino que también fue testigo de la presencia de figuras ilustres como Salvador Dalí, Marcel Duchamp y Josep Pla.
En 2012, bajo la dirección de Manel Vehí, hijo del propietario Pere Vehí, el Bar Boia evolucionó hacia una coctelería de autor conocida como Boia Nit, manteniendo su relevancia en la escena social y cultural de Cadaqués.
Lamentablemente, el 4 de enero de 2025, el Bar Boia cerró sus puertas debido a la aplicación de una nueva normativa de la Ley de Costas. Esta legislación exige una distancia mínima de 150 metros entre establecimientos en playas urbanas, y el Boia se encontraba a solo 17 metros de otro local histórico, el Marítim. A pesar de su declaración como Bien Cultural de Interés Local en 2023, la normativa prevaleció, llevando al cierre del establecimiento y afectando a 26 empleados.
La clausura del Bar Boia representa una pérdida significativa para la comunidad de Cadaqués, que ve desaparecer un lugar cargado de historia y recuerdos compartidos por generaciones. La familia Vehí ha recurrido la decisión, pero hasta la fecha no han obtenido respuesta.