El rey Juan Carlos I, conocido por su pasión inquebrantable por la vela, tiene previsto regresar a Sanxenxo a mediados de marzo para asistir a las regatas de la VII Liga Española de seis metros, en las que competirá su emblemático barco, El Bribón. Esta visita marcará su primera estancia en España en cinco meses y la primera del año 2025.
Vida del emérito
Desde su abdicación en 2014, Juan Carlos ha mantenido un perfil bajo, con pocas apariciones públicas comparado con su mandato. Reside en Abu Dabi desde 2020. Sin embargo, su amor por la navegación lo ha traído de vuelta a las costas gallegas en múltiples ocasiones. El Bribón, su embarcación insignia, ha sido testigo de numerosos triunfos en competiciones internacionales, consolidando al monarca emérito como una figura destacada en el mundo de la vela.

En los últimos años, la salud de Juan Carlos I ha sido motivo de preocupación. Problemas de movilidad, especialmente en su pierna izquierda, han limitado su capacidad para participar activamente en las regatas. Según fuentes cercanas, estos problemas se han acentuado, generando dudas sobre su participación en las próximas competiciones.
Declaraciones oficiales y reacciones
Fuentes del entorno del rey han expresado su inquietud respecto a su estado físico actual. La rigidez de su pierna izquierda podría impedirle manejar El Bribón con la destreza que la embarcación requiere. "El Bribón es una embarcación que requiere agilidad y destreza, y aunque él siempre ha sido un hombre con gran fortaleza, hoy en día la movilidad de su pierna le dificulta realizar maniobras con la misma soltura que antes", comentan personas cercanas al monarca.
Además, se ha informado que el tratamiento experimental al que se sometía en Ginebra para mejorar su movilidad ha dejado de ser efectivo. Ante esta situación, el rey Juan Carlos está explorando alternativas terapéuticas, que incluyen terapias físicas avanzadas y procedimientos quirúrgicos menos invasivos, con el objetivo de mejorar su calidad de vida.
Un futuro incierto en la navegación
A pesar de las limitaciones físicas, el rey emérito mantiene su espíritu indomable y su deseo de seguir vinculado al mundo de la vela. Sin embargo, la realidad de su condición médica podría obligarlo a replantearse su rol en las próximas regatas. Es posible que, en lugar de capitanear El Bribón, opte por acompañar a la tripulación desde la lancha de apoyo, conocida como Cristina, como lo ha hecho en ocasiones anteriores.

La comunidad náutica y sus seguidores estarán atentos a la evolución de su salud y a las decisiones que tome en relación con su participación en las regatas. Lo que es indudable es que la presencia de Juan Carlos I en Sanxenxo siempre será motivo de interés y reflejo de su pasión por el mar.