La relación entre Felipe Juan Froilán de Marichalar y su tía, la reina Letizia, ha sido objeto de especulación durante años. Sin embargo, recientes acontecimientos sugieren que las tensiones familiares han alcanzado un punto crítico, especialmente tras ciertos comentarios despectivos hacia Jesús Ortiz, padre de la reina.
Según informaciones aparecidas en varios medios de prensa rosa, Froilán habría expresado en círculos íntimos su desdén hacia Jesús Ortiz, destacando su origen plebeyo y cuestionando su lugar en la monarquía. Estos comentarios, que también se extendieron al abuelo materno de la reina española, Paco, por su pasado como taxista, reflejan una actitud elitista que recuerda a las reservas iniciales del rey Juan Carlos I respecto al matrimonio de su hijo con una periodista de origen humilde.
Estas declaraciones no solo han herido a Letizia, sino que también han profundizado la brecha entre Froilán y la familia real. El joven, conocido por su carácter rebelde y su vida nocturna, ha sido protagonista de varios escándalos que han incomodado a la Casa Real. Su traslado a Abu Dabi, presentado inicialmente como una oportunidad laboral, parece haber sido una medida para alejarlo del foco mediático y de las controversias que lo rodean.

Hablan personas cercanas al nieto más díscolo de los Borbones
Aunque la Casa Real no ha emitido un comunicado oficial sobre estos incidentes, allegados a Froilán han manifestado su descontento con la situación. Una amiga cercana afirmó que el joven considera a Letizia responsable de su "exilio" y que no tiene intención de reconciliarse con ella. "Con el rey Felipe no se habla. Con Letizia, menos aún. No la quiere ni ver", declaró.
La relación entre Letizia y sus sobrinos, especialmente con Froilán y Victoria Federica, ha sido tensa desde hace tiempo. La reina siempre ha mantenido una distancia prudente, posiblemente debido a las diferencias en estilos de vida y a las controversias que han rodeado a los hijos de la infanta Elena.

Este distanciamiento se ha hecho evidente en eventos públicos, donde la interacción entre Letizia y sus sobrinos es mínima o inexistente. La reina ha optado por mantener una postura discreta, evitando cualquier gesto que pueda interpretarse como un acercamiento o una reconciliación.
La situación actual plantea interrogantes sobre el futuro de las relaciones familiares dentro de la Casa Real. ¿Habrá posibilidad de reconciliación entre Froilán y Letizia? ¿Cómo afectará esta tensión a la imagen pública de la monarquía española? Solo el tiempo dirá si las heridas pueden sanar o si las diferencias son insalvables.