El rey emérito Juan Carlos I ha iniciado acciones legales contra su antigua pareja sentimental, Corinna Larsen, presentando una demanda en Suiza por supuestos delitos contra el honor. Esta decisión se produce tras años de controversias y litigios entre ambos, marcando un nuevo capítulo en una relación que ha acaparado titulares en la prensa internacional.
Una polémica que viene de lejos
La relación entre Juan Carlos I y Corinna Larsen se remonta a 2006, cuando comenzaron un vínculo que se prolongó durante una década. Durante este tiempo, el monarca habría transferido a Larsen una suma de 65 millones de euros en 2012, una transacción que ella describió como un regalo, mientras que el entorno del rey emérito sostiene que se trataba de una cantidad en custodia que debía ser devuelta.
Esta discrepancia desembocó en una serie de acusaciones y litigios, incluyendo una demanda previa de Larsen en Londres por presunto acoso, que fue desestimada por falta de competencia jurisdiccional.
En este contexto, Juan Carlos I ha decidido presentar una nueva demanda en Suiza, país donde se realizaron las transacciones financieras en cuestión. La inclusión en la demanda del abogado ginebrino Dante Canonica, quien fuera director de la fundación panameña Lucum —entidad utilizada para ocultar los 65 millones de euros recibidos de Arabia Saudí en 2008—, añade complejidad al caso.
Canonica también representó legalmente a Larsen, lo que podría implicar conflictos de interés y revelar detalles adicionales sobre las operaciones financieras del exmonarca.
La reacción del entorno de Juan Carlos I
El equipo legal de Juan Carlos I argumenta que las declaraciones públicas de Corinna Larsen han dañado la reputación y el honor del exmonarca, justificando así la interposición de la demanda. Por su parte, Larsen se muestra tranquila y "nada preocupada" ante esta nueva acción legal, según fuentes cercanas. Considera que la demanda tiene pocas posibilidades de prosperar, al igual que la presentada contra Miguel Ángel Revilla, expresidente de Cantabria, por supuesta difamación.
Este movimiento legal de Juan Carlos I también coincide con el inminente lanzamiento de sus memorias, lo que sugiere un intento de limpiar su imagen pública y preservar su legado histórico. Sin embargo, la decisión de emprender acciones legales contra figuras como Larsen y Revilla ha generado sorpresa en su círculo más cercano.
Aunque todo indica que ha sido su hija Elena quien más ha insistido para que se presentaran estas demandas, no todos están a favor. Según informan algunos medios españoles, habría personas en el círculo más cercano al emérito español que consideran que "ha perdido la cabeza".