Empezaron los franceses, alemanes e italianos y les han seguido los catalanes y españoles. Los agricultores y ganaderos de Catalunya y del resto de la Península Ibérica han salido han colapsado las autopistas y las vías de acceso a las principales ciudades del país. Los motivos son varios. Por un lado, se sienten asfixiados por una burocracia innecesaria y desproporcionada que les hace gastar horas y esfuerzos innecesarios para rendir cuentas con la administración.
Consideran que el trabajo de un agricultor o un ganadero es cuidar de sus tierras y sus animales y no estar, en el mejor de los casos, con un ordenador haciendo trámites burocráticos. Y decimos en el mejor de los casos porque estamos hablando de una población, en su mayoría, con edades superiores a los cincuenta años y, por tanto, con pocos conocimientos de Internet o, ni siquiera, con acceso a él.
Por otro lado, se quejan de los costes de producción y de los pocos ingresos que obtienen, viéndose obligados a vender sus productos por debajo del precio de coste en muchas ocasiones. Se quejan de que los precios que asume el consumidor final en los supermercados no son porque ellos vendan caro sus productos sino porque son los intermediarios quienes hacen negocio y se aprovechan de la situación.
Asimismo, protestan por lo que entienden una competencia desleal de productores agrícolas y ganaderos procedentes de otros países como el norte de África o América Latina. Son profesionales del sector con unos costes de producción mucho menores y con una menor carga burocrática y, por tanto, que pueden vender sus productos a un precio menor.
Las protestas han causado atascos, pero la población se ha solidarizado con sus peticiones. El meteorólogo Francesc Mauri ha publicado un mensaje en la red social X en el que estalla con esta solución y se pone al lado de los campesinos.
El 'hombre del tiempo' de TV3 ha comparado la situación que vive la agricultura con el cambio climático y ha pedido un esfuerzo de todos -administraciones y ciudadanos- para ayudar al sector primario. Pide colaborar con el comercio local y no buscar siempre el producto más barato.