La presentadora de televisión catalana de 42 años, Laia Ferrer, es una reputada periodista muy vinculada a la cadena de la televisión pública catalana, especializada en la información del mundo del motor.
Estos días ha regresado al primer plano mediático gracias a la retransmisión del programa sobre el Road Show de la Fórmula 1 desde el Paseo de Gracia. Y también a causa de unas fotografías junto a su pareja, el argentino Nano, durante una boda celebrada en la comarca del Empordà. En ellas se puede observar a Laia Ferrer, estupenda, luciendo un vestido verde de la marca Veneno en la piel, una tienda de la zona alta de Barcelona, especializada en invitados de boda; un establecimiento situado en la calle Laforja, en el barrio de Galvany. Por su parte, su pareja, se presentó con un look informal pero elegante, con pantalón blanco y americana blanca, camisa verde floreada. Ambos lucieron unos sombreros veraniegos para contrarrestar el abrupto sol que les rodeaba.
Una boda por todo lo alto, de cuyo catering se encargó 21 de marzo, empresa que ofrece espectaculares caterings gastronómicos para celebraciones personalizadas y diferentes. El menú para esta ocasión estaba repleto de platos de la tierra y vinos con denominación de origen.
La enfermedad que ha alejado a Laia Ferrer de la televisión
Laia Ferrer estuvo un par de meses alejada de la televisión porque sufrió unos severos ataques de migraña, que la dejaron noqueada: "Tengo migrañas, no había sufrido nunca y he estado sufriendo migrañas muy fuertes. La migraña, en mi caso, es como si cogieran un taladro y me taladrasen el ojo". Un contratiempo para la vida regular de cualquier persona, que en el caso de Laia ha llegado a condicionar sus apariciones públicas en televisión.
La migraña es un dolor de cabeza que puede causar un dolor pulsátil intenso o una sensación pulsante generalmente de un solo lado. A menudo suele estar acompañada de náuseas, vómitos y sensibilidad a la luz y al sonido. Los ataques de migraña pueden durar de horas a días y el dolor puede ser tan intenso que interfiere en tus actividades diarias. Algunas personas experimentan un síntoma de advertencia conocido como aura que ocurre antes o con el dolor de cabeza. Un aura puede incluir alteraciones visuales, como destellos de luz o puntos ciegos, u otras alteraciones, como hormigueo en un lado de la cara o en un brazo o pierna y dificultad para hablar.