Mujer mayor de cabello rubio claro y ropa elegante posando frente a un edificio de ladrillo rojo con ventanas grandes

Se filtra la grave situación de Sofía de Grecia en Zarzuela

Sofía de Grecia vive un momento complicado dentro de la Casa Real

España vive una temporada marcada por múltiples desafíos económicos y sociales. La inflación está en niveles moderados, el turismo comienza a repuntar conforme se relajan restricciones internacionales y los sectores financiero y bancario se preparan para posibles señales de recesión global. En este contexto, la situación personal de la reina Sofía adquiere una resonancia particular. Un símbolo histórico de la monarquía que ahora atraviesa un momento delicado desde Zarzuela.

Dolor por el desplante familiar

La reina emérita, con 85 años, enfrenta la enfermedad avanzada de su hermana Irene de Grecia, diagnosticada con Alzheimer. Su estado ha empeorado rápidamente y esta situación se ha convertido en una de sus principales angustias. Al punto de que en los últimos tiempos habría llegado incluso a plantearse no trasladarse a su residencia habitual de verano en Marivent.

No se trata solo de una decisión logística, sino de una expresión del estado anímico de Sofía, profundamente afectada por el deterioro de su hermana. La fidelidad que ambas compartieron durante décadas, tanto en Grecia como en España, hace particularmente doloroso este momento de deterioro silencioso y constante.

Una pareja posando al aire libre con expresiones serenas y fondo natural.
Juan Carlos y Sofía de jóvenes | Lecturas, XCatalunya

Una carga doble: Irene y Tatiana golpean el corazón del verano

Recientemente, se ha sumado otra preocupación. Tatiana Radziwill, amiga íntima y figura emblemática del círculo Borbón, también atraviesa una crisis de salud derivada de un ictus que la dejó en silla de ruedas. Esta segunda figura cercana debilita aún más el estado emocional de la reina Sofía. Ahora se ocupa de dos personas muy queridas, lo que hace que su verano en Marivent sea especialmente difícil.

El impacto no es solo moral, sino también físico: Sofía ha sufrido una caída reciente en Zarzuela, detectada por su hija Elena. Afortunadamente, no hubo fracturas graves, aunque sí persistencia de dolor, lo que ha llevado a reforzar su atención médica.

La estrategia familiar para hacerla sentir acompañada (o que lo parezca)

El rey Felipe VI ha desplegado un equipo médico completo tanto en Madrid como en Mallorca para garantizar su atención continua. Ha decidido que este año no viajará sola, y su traslado a Marivent incluirá personal sanitario permanente. Además, las infantas Elena y Cristina han asumido un papel activo en su compañía y cuidado, con visitas planificadas y presencia más constante durante su estancia veraniega.

Un hombre mayor con traje oscuro y corbata rosa levanta la mano, con una mujer mayor en un recuadro circular en la esquina superior derecha.
Montaje en el que se ve al Rey Juan Carlos y la Reina Sofía | Casa Real, XCatalunya

Este ajuste no es solo logístico. Representa un esfuerzo colectivo para mitigar su soledad y ofrecerle un entorno más seguro y afectivo en medio de la fragilidad que atraviesa.

Soledad y tensión familiar

La reina Sofía ha soportado no solo el avance de enfermedades cercanas, sino también el dolor por la distancia emocional con algunos miembros de la familia. Según diversas fuentes, la relación con sus nietas, especialmente Leonor y la infanta Sofía, ha sido distante este verano. Su presencia ha sido casi protocolaria y no hay indicios de vínculos afectivos más estrechos infobaevanidades.com.

En cambio, ha surgido un gesto significativo: una audiencia conjunta del rey Felipe y su madre en Zarzuela, un acto inusual que no ocurría desde hace 15 años. Ambos recibieron al comité ejecutivo de la Federación Española de Bancos de Alimentos, una causa de la que doña Sofía siempre ha sido impulsora. Ese momento simboliza una unión institucional y afectiva en tiempos de desafío personal.