Una de las sensaciones en cuanto a series actuales es, sin lugar a dudas, la sorprendente mini serie británica de Netflix Baby Reindeer, creada por Richard Gadd y estrenada aquí bajo el título de Mi reino de peluche.
Una serie que de entrada genera curiosidad y divierte por su sentido del humor negro, negrísimo. Sin embargo, a medida que va avanzando el espectador es sacudido por una extraña sensación de tristeza y desánimo, más teniendo en cuenta que está basada en la propia historia de Richard Gadd y su intención de explicar su tremenda historia personal a través del personaje de Donny Dunn que él mismo se encarga de interpretar. Mi reino de peluche habla de un terrible acoso, el que sufre un humorista escocés sin suerte que se ve obligado a trabajar como camarero en un pub de Londres. Allí es donde le cambiará la vida por causa de una clienta muy especial llamada Martha Scott (Jessica Gunning), quien confundirá las intenciones del chico y se obsesionará con él.
A pesar de que, en un principio, aparecen ciertas correspondencias con, por ejemplo, el thriller Misery, dirigido por Rob Reiner en 1992 a partir de la novela de Stephen King, lo interesante de la serie es un imprevisto y sensacional giro de guion que nos permite profundizar en la vida pasada del agredido. Se trata de una producción original y estupenda, que además hace una llamada de apoyo a todas las víctimas que han sufrido acoso en algún momento de sus vidas.
El acoso sufrido por Espertac Peran
Una de estas personas es el periodista y presentador catalán de 52 años, Espertac Peran. Colaborador de TV3 y RAC1, entre otros medios, ha sido precisamente en el programa Versió RAC1 de la emisora perteneciente al Grupo Godó, donde quien fuera hombre del tráfico de la televisión pública catalana, ha confesado que ha sufrido acoso por parte de una mujer. Fue durante su etapa en el programa Divendres de TV3, por el cual Peran viajaba por diversas localidades del territorio catalán para crear sus conexiones en directo. El periodista de Mataró se encontró entonces ante una mujer que le mostraba su profunda admiración, pero lo hacía con una devoción exagerada y poco habitual.
La admiración de la seguidora de Espertac Peran fue cada vez más notoria, hasta el punto de viajar a todas las poblaciones a las que se desplazaba su ídolo y seguir muy de cerca todos sus pasos, hasta el punto de esperarlo a la salida de los estudios de la cadena, e incluso lo llegaría a perseguir mucho más: "El fin de semana, me esperaba en el portal de casa, me la encontraba en la Fiesta Mayor de Mataró o cuando salía de noche con mis amigos".
Peran no tardó en reconocer que aquello no era normal y no podía ser nada sano. Parece ser que la mujer tan solo buscaba entablar una fuerte amistad con él; no pretendía convertirse en su pareja sentimental ni nada parecido, pero el aumento del control al que le sometía era cada vez más persistente y además mostraba cierto desprecio hacia la pareja del periodista. La incertidumbre inicial se convirtió en miedo, porque el descolocado Espertac no tenía nada claro hasta dónde podía llegar la reacción de esa desconocida acechadora.
A pesar de que obvió contactar con la policía, sí buscó apoyo en los servicios de seguridad de TV3, y finalmente descubrieron que la mujer en cuestión padecía importantes problemas psicológicos y le aconsejaron que dejara de perseguir al presentador del cual era su fan número 1. Esa advertencia puso punto y final a todo aquello y la mujer desaparecería de la vida de Espertac Peran; para él supuso "pasar del miedo a la pena".